jueves, 3 de marzo de 2016

Astronautas regresan a la Tierra tras récord de 340 días en la Estación Espacial

El astronauta estadounidense Scott Kelly y el ruso Mijaíl Kornienko regresaron ayer a la Tierra después de permanecer un récord de casi un año a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), realizando experimentos de cara a futuros viajes a Marte.

Acompañados por el ruso Serguei Volkov, Kornienko y Kelly, que pasaron 340 días en la EEI, se posaron tal como estaba previsto en las estepas del centro de Kazajistán a las 04:27 GMT, anunciaron el centro de control ruso y la NASA.

“El aire es tan agradable aquí. ¡Me pregunto por qué están todos tan abrigados!”, dijo Kelly al salir de la nave Soyuz a los equipos de asistencia rusos, según imágenes de la televisión de la NASA.

Aunque debían salir por sí solos del Soyuz para imitar las condiciones de aterrizaje en Marte, los astronautas no lo lograron y fueron ayudados por los equipos de evacuación, indicó el centro de control a la agencia de prensa TASS.

Mijaíl Kornienko, de 55 años, y Scott Kelly, de 52, completaron el periodo ininterrumpido más largo a bordo de la EEI desde que la estación puede acoger a pasajeros en 2000.

Kelly, que realizó cuatro viajes a la EEI, bate además el récord de tiempo acumulado en el espacio por un estadounidense, con 540 días.

El récord mundial de tiempo ininterrumpido pasado en el espacio lo ostenta el ruso Valeri Poliakov, con más de 14 meses a bordo de la estación espacial Mir en 1995.

Kelly y Kornienko realizaron esta misión para estudiar los efectos biológicos y psicológicos de largas permanencias en el espacio con el fin de preparar misiones habitadas a Marte a partir de los años 2030.

Durante su estancia en la Estación, ambos fueron sometidos con frecuencia a exámenes médicos, así como a una batería de análisis para estudiar los efectos a largo plazo de la microgravedad en el organismo humano.

El hermano gemelo de Kelly, el exastronauta Mark Kelly, también participó en el experimento en tierra, con el fin de comparar ambos organismos y detectar los efectos fisiológicos del viaje en Scott.

En condiciones de microgavedad, las gotas de agua flotan en el aire y se pegan a la piel cuando entran en contacto con el cuerpo, lo que hace muy difícil ducharse. Los astronautas deben asearse con esponjas húmedas. Por ello, “la primera cosa” que Kelly dijo que haría al llegar a su casa en Houston (Texas), sería bañarse en la piscina.

También afirmó que sufre pequeños problemas de vista, algo normal por la microgravedad, que aumenta el líquido del fluido cefalorraquídeo alrededor del nervio óptico.

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