lunes, 24 de marzo de 2014

Un láser para desintegrar la basura espacial desde la Tierra

Un equipo australiano está trabajando en un proyecto para desintegrar con láser la basura espacial desde la Tierra, con el objetivo de reducir la creciente cantidad de restos que amenazan con provocar una “cascada de colisiones” con los satélites.

El proyecto es muy realista y probablemente funcionará en los próximos diez años, dijo Matthew Colless, director de la Escuela de Investigación de Astronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Australiana, a Reuters.

“Es importante que sea posible en esa escala porque hay demasiada basura espacial”, dijo. “Quizás estemos a sólo un par de décadas de distancia de una cascada catastrófica de colisiones que sacaría a todos nuestros satélites de la órbita baja”.

Los científicos creen que hay más de 300.000 piezas de deshechos en el espacio, desde pequeños tornillos y pernos a partes grandes de cohetes, en su mayoría en órbitas bajas en torno a la Tierra y a gran velocidad.

Australia tiene ahora un contrato con la NASA, la agencia espacial de Estados Unidos, para rastrear la basura espacial con un telescopio dotado de láser infrarrojo en el observatorio Monte Stromlo.

Pero 20 millones de dólares del Gobierno australiano y 40 millones en inversión privada ayudarán al equipo a establecerse como el Centro de Investigación Cooperativa (CRC, por sus siglas en inglés) para desarrollar mejores láser para rastrear pequeñas piezas de deshechos, importando técnicas de la astronomía usadas para ganar visibilidad en la atmósfera.

El propósito final es aumentar el poder del láser para iluminar y desintegrar piezas de basura de forma inocua cuando pasan a la atmósfera exterior.

“No hay riesgo de alcanzar un satélite en funcionamiento”, dijo Colless. “Realmente no fallamos”.

Colless dijo que imagina una necesidad futura de una red mundial de estaciones creadas bajo auspicio internacional y que el CRC está investigando para hacer eso posible.

El CRC está formada por universidades, agencias espaciales y compañías como Lockheed Martin, Optus y EOS Space System Australia.

martes, 18 de marzo de 2014

Conozca los 10 planetas fuera del sistema solar donde el hombre podría vivir

Expertos seleccionan los mundos con más probabilidades de albergar agua líquida en su superficie y, quizás, vida.
Gliese 667Cc, el mejor candidato
La Universidad de Puerto Rico en Arecibo elabora un catálogo de planetas fuera del Sistema Solar que pueden ser habitables. La lista actualizada está encabezada por Gliese 667Cc, dado a conocer en febrero de 2012 por un equipo internacional de científicos. Esta supertierra situada a 22 años luz de nosotros, tiene 4,5 veces la masa de nuestro planeta, y parece disfrutar de las condiciones necesarias para ser habitable. Orbita su estrella cada 28 días a la distancia perfecta para que las temperaturas no sean extremas y pueda mantener agua líquida en su superficie. Según los astrónomos, el exoplaneta es el «mejor candidato» conocido hasta el momento para convertirse en algo parecido a nuestra querida canica azul

Esta supertierra tiene como característica principal que pertenece a un sistema estelar triple, situado en la constelación del Escorpión. Es el segundo mundo con respecto a la distancia de su estrella, llamada Gliese 667C, en un sistema formado por al menos cinco planetas. Eso sí, su estrella es una enana roja, sujeta a erupciones estelares o llamaradas que llenarían el planeta de rayos X o radación ultravioleta.
Kepler-62 e, cálido y húmedo
Kepler 62 es un sistema con cinco planetas situado a 1.200 años luz de la Tierra, en la constelación de Lyra. Los mundos han sido bautizados como Kepler 62b, c, d, e y f. Los dos más exteriores, «e» y «f», parecen compuestos de roca y agua -aunque aún no se conocen ni su masa y su densidad exactas-, y tener algún tipo de atmósfera. Sonsupertierras, es decir, tienen una masa mayor que nuestra «bola azul» pero son más pequeños que los gigantes gaseosos como Neptuno. Kepler 62e es un poco más grande que la Tierra, realiza una órbita completa en 122 días y obtiene un 20 por ciento más de energía -calor y radiación- de su estrella de lo que a nosotros nos llega del Sol. Probablemente tiene «un cielo muy nublado» y es cálido y húmedo.

Kepler-283 c
Kepler-283 c ocupa el tercer puesto en la lista de mundos potencialmente habitables realizada por los astrónomos de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo.

Kepler-296f, ¿un mundo acuático?
Kepler-296f orbita una estrella de la mitad del tamaño y un 5 por ciento más brillante que nuestro Sol. Tiene el doble del tamaño de la Tierra y está situado en la zona de habitabilidad, pero los científicos no saben si se trata de un mundo gaseoso, con una envoltura espesa de hidrógeno y helio, o si es un mundo de agua rodeado por un océano profundo.

Tau Ceti e, el más pequeño
Un equipo internacional de astrónomos liderado por la británica Universidad de Hertfordshire descubrió en 2012 que Tau Ceti, una de las estrellas más cercanas al Sol, a tan solo doce años luz y visible a simple vista, puede albergar cinco planetas, uno de los cuales se encuentra a la distancia adecuada de la estrella como para ser habitable. Se trata de Tau Ceti e, con una masa unas cinco veces la de la Tierra, lo que lo convierte en el planeta más pequeño descubierto que orbita en la zona habitable de una estrella similar al Sol. Los investigadores creen que, por sus condiciones, de albergar vida, esta solo podría ser de tipo termófila, organismos que pueden soportar temperaturas extremas.

Gliese 180 c
Gliese 180 c es uno de los candidatos a planeta (todavía no ha sido confirmado su nuevo «estatus») del sistema de la estrella Gliese 180, a 38 años luz de la Tierra. Eso sí, parece encontrarse en la zona de habitabilidad de su estrella.

Gliese 667Cf, en el centro de la zona habitable
Gliese 667 Cf orbita la estrella Gliese 667C, miembro de un sistema estelar triple a 22 años luz de nosotros. El planeta es algo menos masivo que su hermano Cc, que tiene 4,5 veces la masa de la Tierra. Se encuentra ubicado en el centro de la zona de habitabilidad, donde puede existir agua líquida

Aunque Gliese 667 Cf recibe menos del 60 por ciento de la luz de las estrellas visibles en comparación con lo que la Tierra recibe del Sol, sí está castigado con más radiación infrarroja.

Gliese 581 g, un mundo rocoso
Gliese 581g es uno de los planetas más interesantes para los cazadores de nuevas tierras. Su existencia fue anunciada el 29 de septiembre de 2010 por un equipo de la Universidad de Santa Cruz y, aunque apenas una semana después otros investigadores la pusieron en duda al no ser capaces de encontrarlo, sus descubridores aportaron pronto nuevos datos que parecían confirmar la presencia de este mundo

Se encuentra a unos 20 años luz, en la constelación de Libra, y forma parte del sistema planetario Gliese 581. Es el cuarto mundo en orden sucesivo en distancia a su estrella, a la que tarda en orbitar algo más de 36 días terrestres

Se trata de un mundo rocoso, de tamaño similar a la Tierra (su radio es apenas 1,5 veces el de nuestro planeta) y aunque sus temperaturas pueden oscilar entre 37º a -12ºC, se encuentra en la «zona de habitabilidad» de su estrella, es decir, en el lugar correcto con la temperatura adecuada para permitir la existencia de agua líquida, un elemento indispensable para que sea posible la vida tal y como la conocemos. Recibiría de su estrella, una enana roja, prácticamente la misma cantidad de luz que nosotros recibimos del Sol.

Gliese 180 b
Gliese 180 b es también candidato a planeta y ocupa el noveno puesto en la lista de planetas potencialmente habitables elaborada por la Universidad de Puerto Rico.

Gliese 163 c, el gigantesco
Gliese 163c se sitúa en la «zona gris» de posibles planetas habitables debido a su masa. Tiene siete veces la masa de la Tierra, lo que lo convierte en un colosal mundo rocoso o en un gigante gaseoso. Orbita alrededor de su estrella cada 26 días, a una distancia de 50 años luz de nuestro planeta.

Mercurio encogió 7 mil metros en 4.000 millones de años

El planeta Mercurio ha encogido cerca de siete kilómetros en los últimos 4.000 millones de años, cerca del triple de lo que estimaban hasta ahora los científicos, según una investigación que publicó ayer la revista Nature Geoscience.

El estudio, liderado por el astrofísico del Instituto Carnegie de Washington (EEUU) Paul Byrne, sugiere que las estructuras geológicas que se observan en la corteza de Mercurio son el resultado de una pronunciada contracción debida al enfriamiento.

El equipo de Byrne ha analizado las cordilleras y las fallas en la superficie del planeta más cercano al Sol a través de las imágenes tomadas por la sonda Messenger, en órbita alrededor de Mercurio desde 2011. Los datos que ha proporcionado en los últimos años la sonda de la Nasa son los primeros que llegan desde las cercanías de Mercurio tras los que envió la Mariner 10 entre 1974 y 1975.

A partir de la información de la Messenger, los investigadores han recalculado los desplazamientos que ha sufrido la corteza de Mercurio, un planeta que rota tan lentamente sobre sí mismo que sus días solares son tan largos como la mitad de un año.

Es además un planeta extremadamente denso, con un gran núcleo de hierro de 2.020 kilómetros de radio, mientras que el manto y la corteza miden tan solo 420 kilómetros. Según los científicos, las estructuras geológicas que se aprecian en la superficie son fracturas y deformaciones en la litosfera.

lunes, 17 de marzo de 2014

Logran primera "imagen" instantánea y directa del corazón del Big Bang

Hace unos 13.800 millones de años, el Universo que conocemos irrumpió violentamente como consecuencia de una gran explosión, elBig Bang. En menos de lo que dura un abrir y cerrar de ojos, el Cosmos se expandió de manera exponencial, extendiéndose hasta un punto que ni siquiera los mejores telescopios actuales son capaces de ver. Es lo que se conoce como inflación cósmica, cuya evidencia directa acaba de ser anunciada por primera vez. Un amplio equipo de investigadores, liderados por el Centro Harvard-Smithsonian para la Astrofísica, ha dado a conocer, en una rueda de prensa precedida por una gran expectación, la primera detección de las ondas gravitacionales, pequeñas deformaciones en el tejido del espacio-tiempo que se transmiten a la velocidad de la luz y recorren todo el Cosmos. Descritas como los «primeros temblores del Big Bang», su hallazgo es considerado el «santo grial» de la Cosmología

Estas ondas, predichas por la teoría general de la relatividad de Einstein, han sido descubiertas por el Telescopio BICEP2(Background Imaging of Cosmic Extragalactic Polarization), instalado en el Polo Sur y que estudia la radiación cósmica de fondo (CMB), el débil resplandor que aún nos llega de la gran explosión. Oculto bajo ese mapa se encontraba también la «firma» de las tan perseguidas ondas gravitacionales. El hallazgo ha sido posible gracias al «truco» de medir un tipo muy especial de polarización de la luz, llamada «en modo B». Estas ondas comprimen el espacio a medida que viajan, y esta compresión produce un patrón distinto en el fondo cósmico de microondas

«Las implicaciones que puede tener esta detección son asombrosas», asegura Jamie Bock, profesor de física en Instituto de Tecnología en Pasadena (Caltech), investigador en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA y coautor del estudio. «Estamos midiendo una señal que viene de la noche de los tiempos»

De hecho, los investigadores se sorprendieron al detectar una señal de polarización en modo B considerablemente más fuerte de lo que muchos cosmólogos esperaban. Las observaciones demuestran que las ondas gravitacionales fueron creadas en abundancia durante los primeros años de la inflación del Universo

Para realizar la detección, los científicos examinaron una escala espacial que abarca aproximadamente de uno a cinco grados (de dos a diez veces el ancho de la Luna llena), lo que les permitió reunir los fotones de una amplia franja del fondo cósmico de microondas en un área del cielo en la que se puede ver claramente a través de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Para ello, el equipo viajó al Polo sur para aprovechar el aire frío, seco y estable. «El Polo Sur es lo más cercano que puedes llegar al espacio sin dejar de estar en el suelo», afirma Johan Kovac, del Centro Harvard Smithsonian de Astrofísica e investigador principal de BICEP2. Para realizar las mediciones, fue ideada una tecnología completamente nueva, una cámara en una placa de circuito impreso que incluye una antena para enfocar y filtrar la luz polarizada

El equipo analizó los datos de más de tres años en un esfuerzo para descartar cualquier error. También consideraron que la presencia de polvo en nuestra galaxia podría producir el patrón observado, pero los datos sugieren que esto es altamente improbable. «Ha sido como buscar una aguja en un pajar, pero en su lugar nos encontramos con una barra de hierro», explica Clem Pryke, de la Universidad de Minnesota, coautor de la investigación

Para el teórico Avi Loeb, de Harvard, «este trabajo ofrece nuevas pistas sobre algunas de nuestras preguntas más básicas : ¿Por qué existimos? ¿Cómo empezó el universo? Estos resultados no sólo son una prueba irrefutable de la inflación, sino que también nos dicen que la inflación tuvo lugar y lo poderoso que fue el proceso». Mar Kamionkowski, uno de los físicos teóricos que predijo la existencia de las ondas gravitacionales, actualmente en la Universidad Johns Hopkins, asegura que el descubrimiento «es una poderosa evidencia de la inflación. Ahora hemos aprendido que las ondas gravitacionales son abundantes (...) Esto es un avance notable en la cosmología».

martes, 11 de marzo de 2014

Saturno, el de los anillos, un planeta majestuoso y misterioso

Saturno, planeta investigado en los últimos años por el telescopio Hubble y por varias sondas estadounidenses entre ellos el “Cassini-Huygens”, es el segundo astro más grande de nuestro sistema solar.

Por sus característicos anillos en su alrededor, es considerado como uno de los planetas más bonitos, majestuoso y misterioso del sistema. Saturno es el astro conocido más alejado de la Tierra. Tiene un diámetro de 120.000 kilómetros, unas nueves veces más que la Tierra.

En este planeta se registran extraordinarios fenómenos atmosféricos. Sus capas exteriores son opacas y consisten de gases, sobre todo de hidrógeno y helio. Su exterior está compuesto sobre todo por hidrógeno líquido.

Con regularidad, los astrónomos observan en Saturno misteriosas manchas, que se interpretan como huracanes gigantescos.

Se le conocen 31 satélites naturales y Titán es el más grande de todos y del sistema solar, tiene un diámetro de 5.150 kilómetros, y supera en tamaño a los planetas Mercurio y Plutón. Tiene además una atmósfera estable. En cuanto a sus anillos de colores iridiscentes, estos están compuestos de bloques de hielo y piedra de tamaños que oscilan entre un grano de arena hasta de un contenedor. El espesor de los ani-llos es de algunos cientos de metros.

lunes, 10 de marzo de 2014

La NASA invita al público a ayudar a localizar viveros de planetas en los datos de la misión WISE

La NASA está invitando a la gente a que ayude a los astrónomos a descubrir sistemas planetarios embrionarios escondidos en los datos recopilados por la misión WISE de esta agencia espacial, mediante el uso de un nuevo sitio web llamado Diskdetective.org.

Disk Detective es el proyecto de crowdsourcing (colaboración abierta distribuida) más grande de la NASA, y su principal objetivo es producir resultados científicos publicables.

Mediante Disk Detective, los voluntarios pueden ayudar a la comunidad astronómica a descubrir nuevos lugares donde se están formando planetas, sitios que se convertirán en objetivos futuros para el Telescopio Espacial Hubble de la NASA y su sucesor, el Telescopio Espacial James Webb.

La misión WISE fue diseñada para escudriñar el cielo completo en longitudes de onda infrarrojas. Desde su posición privilegiada en órbita a la Tierra, la nave completó dos exploraciones del cielo completo, entre 2010 y 2011. Realizó mediciones detalladas de más de 745 millones de objetos, lo que representa la exploración más completa del firmamento en longitudes de onda del infrarrojo medio, de entre todas las exploraciones de esa clase realizadas hasta la fecha.

Los astrónomos han utilizado computadoras para buscar lugares de formación planetaria en este “pajar” de datos, y han reducido la lista de candidatos a cerca de medio millón de fuentes que brillan intensamente en el infrarrojo, lo cual indica que pueden ser las “agujas” del pajar del símil: discos ricos en polvo que están absorbiendo la luz de su estrella y reirradiándola como calor. Los planetas se forman y crecen dentro de esos discos de gas, polvo y granos de hielo que rodean a estrellas jóvenes.

Pero las galaxias, las nubes de polvo interestelar y los asteroides también brillan en el infrarrojo, lo cual obstaculiza la identificación automatizada de viveros de planetas. Puede haber miles de sistemas solares nacientes en los datos de la misión WISE, pero la única manera de saberlo con seguridad es poner personas a inspeccionar ocularmente cada fuente, lo que representa un desafío colosal por la cantidad enorme de candidatos a examinar.

La participación del público aportando trabajo en una investigación científica es una clase de crowdsourcing conocida como ciencia ciudadana. Ésta permite al público hacer contribuciones fundamentales a la ciencia y la tecnología, mediante la recopilación, el análisis y el intercambio de una amplia gama de datos. Las instituciones que se nutren de este voluntariado pasan a disponer de una fuerza laboral que de otro modo difícilmente tendrían.

Disk Detective incorpora, en animaciones breves, imágenes captadas por el WISE y mediante otras exploraciones del cielo. Los voluntarios observan las imágenes y clasifican el objeto basándose en criterios sencillos, tales como si es redondo o si incluye varios objetos. Recopilando esta información, los astrónomos podrán evaluar qué fuentes deberían ser exploradas en mayor detalle, por ejemplo, para buscar exoplanetas (planetas fuera de nuestro sistema solar).

viernes, 7 de marzo de 2014

Obtienen imágenes de asteroide que se rompe en pedazos

Científicos dicen haber capturado por primera vez imágenes de un asteroide rompiéndose en pedazos.

Los astrónomos, que publicaron sus hallazgos en la revista científica Astrophysical Journal Letters, indicaron que el Telescopio Espacial Hubble filmó un asteroide dividiéndose en cerca de diez fragmentos pequeños durante al menos tres meses, lo que constituye para ellos un gran elemento de investigación.

La piezas se separaban a una velocidad aproximada de un kilómetro y medio por hora.

Los investigadores creen que la exposición a la luz solar por tantos años causó que el asteroide rote más rápidamente y luego comience a romperse.

El rocoso asteroide llamado P/2013 R3 es uno de los objetos que pululan en el cinturón de asteroides ubicado entre Marte y Júpiter.

jueves, 6 de marzo de 2014

ESA difunde imágenes de extintos ríos de lava en Marte

La Agencia Espacial Europea (ESA) difundió hoy fotografías de extintos ríos de lava en Marte que provienen de volcanes que estuvieron activos hace "decenas de millones" de años.

Las imágenes, tomadas en noviembre de 2013 por la sonda Marss Express, corresponden a la región Tharsis Montes del planeta rojo, donde se encuentran sus mayores volcanes, y en concreto a la zona denominada Daedalia Planunm.

"Se cree que la región volcánica estuvo activa hasta hace decenas de millones de años, relativamente reciente en la escala geológica del planeta" de 4.600 millones de años, indicó la ESA en un comunicado.

El cráter más grande de los que puede observarse en las imágenes, el Misttreta, tiene un diámetro de 16,5 kilómetros y quedó rodeado de un mar de lava.

Los científicos creen que la primera de las erupciones que dieron lugar a esos ríos de lava, cuyas lenguas se distinguen con nitidez, se produjo por un movimiento de placas tectónicas.

Hallan indicios de agua en meteorito

Un equipo de científicos del Centro Espacial Johnson y del Laboratorio Jet Propulsion de la NASA, han encontrado evidencias de movimiento de agua en el pasado a través de un meteorito marciano, reavivando el debate en la comunidad científica sobre la vida en Marte, informó la agencia espacial.

En 1996 un grupo de científicos en Johnson dirigidos por David McKay, Everett Gibson y Kathie Thomas-Keprta publicaron un artículo anunciando el descubrimiento de evidencias biogénicas en el meteorito Allan Hills 84001 (ALH84001). En su nuevo estudio, Gibson y sus colegas se centraron en las estructuras en el interior de un meteorito marciano de 13,7 Kg conocido como Yamato 000593 (Y000593).

El equipo informó el descubrimiento de diferentes estructuras y características en su composición que sugieren que en Marte pudieron haberse producido procesos biológicos hace cientos de millones de años.

"Mientras que las misiones robóticas en Marte siguen arrojando luz sobre la historia del planeta, las únicas muestras de Marte disponibles para su estudio en la Tierra son los meteoritos marcianos", dijo White.

"En la Tierra, podemos utilizar múltiples técnicas analíticas para tomar una mirada más profunda sobre los meteoritos y arrojar luz sobre la historia de Marte. Estas muestras ofrecen pistas sobre la habitabilidad pasada de este planeta. A medida que se descubren más meteoritos marcianos, la investigación continúa centrándose en estas muestras en conjunto para ofrecernos una visión más profunda del Marte antiguo", explicó el investigador.