martes, 14 de julio de 2015

Robot Curiosity halla en Marte rocas similares a las de la Tierra

Rocas ricas en sílice similares a las de las corteza continental más antigua de la Tierra estaban diseminadas en el lugar donde el vehículo Curiosity de la NASA aterrizó en Marte, señala un estudio publicado por Nature Geoscience.

Este descubrimiento se añade a la creciente evidencia de que, en el pasado, Marte podía haber sido mucho más parecida a la antigua Tierra de lo que antes se había pensando.

El vehículo robótico Curiosity atravesó la zona del cráter de Gale, que se formó hace unos 3.600 millones de años, donde descubrió rocas de color claro, que contrastaban con las de composición basáltica que había localizado en regiones más jóvenes.

La corteza continental, que es menos densa y de composición diferente a la de debajo los océanos, se creía que era única de la Tierra y se atribuía al complejo proceso magmático posiblemente relacionado con la aparición de las placas tectónicas.

En el caso de la corteza marciana se daba por supuesto que no se había sometido a ese proceso magmático y por lo tanto debía estar formada principalmente de basalto, aunque las recientes misiones descubrieron la existencia aislada de materiales ricos en sílice.

Un equipo internacional analizó los datos geoquímicos de más de 22 rocas examinadas con un instrumento ChemCam de Curiosity a medida que ese vehículo atravesaba un terreno antiguo cerca del cráter Gale.

Los expertos, encabezados por Violaine Sautter del Museo de Historia Natural de Francia, descubrieron que la rocas de color claro son ricas en sílice y son de diversas composiciones.

La composición de algunas de esas rocas es similar a la de algunos de los materiales continentales más antiguos procedentes de la tierra y que se han conservado.

Los investigadores sugieren que las rocas de color claro y ricas en sílice pueden ser restos de una antigua corteza marciana similar a la primera corteza continental que hubo en la Tierra, aunque señalaron que hacen falta nuevos datos para poder confirmarlo.

El periplo del Curiosity por el cráter Gale comenzó el 6 de agosto de 2012. En su camino, el robot se topó con piedras de un extraño color claro, diferentes a oscuros basaltos que abundan en el planeta.

El origen de estas rocas blanquecinas, escriben los autores del estudio, parece ser “una corteza de varios kilómetros de grosor” que quedó en parte expuesta en la pared norte del cráter.

Curiosity va disparando rayos láser. Su luz concentra la potencia de un millón de bombillas en un punto milimétrico y permite analizar las rocas a distancia.

IMPORTANCIA DE ESTE HALLAZGO

Jesús Martínez-Frías, investigador del Instituto de Geociencias, IGEO (CSIC-UCM) y miembro del equipo de ciencia del Curiosity, resalta la importancia de este hallazgo a El País. “No es la primera vez que se sugiere la existencia de corteza continental, pero sí la primera que se detecta y analiza in situ”, señala. Hasta ahora se asumía que en Marte habían dos grandes placas, una más fina en el hemisferio norte y que fue el fondo de un enorme océano y otra más gruesa en el sur, donde se encuentra el vehículo, explica. En todo caso, la existencia de actividad geológica refuerza las posibilidades de biología en Marte.

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