jueves, 7 de marzo de 2013

Meteoritos del tamaño de un coche llegan pero la presión los destruye

Los meteoritos son una amenaza para el planeta Tierra. A pesar de ello, ninguno ha causado una catástrofe en los últimos siglos. Expertos aseguran que la mayoría de los meteoritos se desintegran al incorporarse en la atmósfera de la Tierra; no obstante, se estima que 100 meteoritos de diverso tamaño (desde pequeños guijarros hasta grandes rocas del tamaño de una pelota de baloncesto) entran en la superficie terrestre cada año. Normalmente sólo 5 o 6 de éstos son recuperados por científicos.

Pocos meteoritos son bastante grandes para crear cráteres que evidencien un impacto. Llegan a la superficie a su velocidad terminal (caída libre), y la mayoría tan sólo crea un hoyo pequeño. Sin embargo, algunos de los meteoritos que caen causan daño a inmuebles, ganado, e incluso a gente.

Grandes objetos pedregosos (de centenares de metros en diámetro o más y que pesan decenas de millones de toneladas) pueden alcanzar la superficie y causar grandes cráteres. Sin embargo, éstos son muy raros.

Se calcula que meteoritos del tamaño de un coche penetran la atmósfera una vez al año, pero la presión atmosférica los destruye. Cada dos mil años aproximadamente, un objeto del tamaño de un campo de fútbol impacta la Tierra y puede causar un daño muy importante.

Además, cada día la Tierra es bombardeada por unas 100 toneladas de polvo y partículas pequeñas, explicó el experto de la NASA Don Yeomans.

“Es la basura de los asteroides y cometas que puede verse en forma de estrellas fugaces. Cada día, llega un objeto del tamaño de un balón que se quema en la atmósfera, y varias veces al año choca con la atmósfera del planeta un objeto del tamaño de un automóvil, que da lugar a espectaculares bólidos y a veces a meteoritos”, dijo.

NO ES UN ATAQUE

“No, no nos están atacando los asteroides. Podemos estar tranquilos, ningún fenómeno conocido está provocando un flujo de objetos mayor de lo habitual”, aseguró Adriano Campo, profesor de Física de la Universidad de Alicante (España).

Lo del 22 de febrero, que un asteroide de 17 metros de diámetro entrara por sorpresa en la atmósfera terrestre (sobre Rusia) el mismo día en que un asteroide de 50 metros, pasaba muy cerca de la Tierra, eso es casualidad, “cosas de la estadística”, añadió el experto.

Un meteorito como el de Rusia puede chocar con el planeta una vez cada cien años y de momento, no hay forma de precisar cuándo tocará el siguiente.

La casualidad —y, sobre todo, los centenares de heridos y daños materiales que ha dejado tras de sí el fenómeno de los Urales— ha elevado para muchos a la categoría de amenaza, lo que hasta ahora era una curiosidad celeste o un buen argumento de relato de ficción.
¿RIESGO?

O fue un meteorito muy grande o un asteroide pequeño, pero, definiciones aparte, el cuerpo que explotó el 22 de febrero por la mañana en el cielo, sobre Rusia, emitió una energía de 500 kilotones, mucho más de lo inicialmente estimado. Además, era más grande de lo que se creía, alcanzando los 17 metros de diámetro, con una masa de 10.000 toneladas.

“Entró en la atmósfera a una velocidad de 18 kilómetros por segundo y en 32 segundos se desintegró”, según explicó Bill Cooke, jefe de la oficina de meteoritos del Marshall Space Flight Center de la NASA.

La pregunta inevitable es por qué no se vio llegar la roca de 17 metros. “Vino por la cara diurna de la Tierra”, argumentó Cooke, lo que significa que los telescopios no operan. Los asteroides pequeños son muy oscuros hasta que están cerca y es virtualmente imposible verlos en óptico”, añadió.

En cuanto a los radares que vigilan el cielo, estaba demasiado lejos para haber podido dar una alerta, dijo. Podría ser visto, eso sí, con detectores especiales de infrarrojos en el espacio, pero por ahora no existen, añadió.
NO HAY AMENAZA

Dos días antes de que impactara el meteorito en Rusia, el responsable de la NASA para la detección de asteroides había asegurado en Viena que no existe ningún cuerpo celeste que suponga una potencial amenaza letal para la humanidad a cientos de años vista.

"No hay ningún objeto, de más tamaño de un kilómetro que pueda impactar en la Tierra en los próximos cientos de años", aseguraba en una rueda de prensa Lindsey Johnson, director del proyecto sobre objetos cercanos a la tierra de la NASA.

El experto había asegurado que una colisión con un asteroide de, al menos un kilómetro de diámetro, se produce una vez cada millón de años, pero que, de producirse, tendría consecuencias absolutamente catastróficas para la humanidad.

"Si un objeto de un kilómetro impactase la Tierra, tendría consecuencias globales", como levantar una capa de polvo que bloquearía la llegada de la luz solar "por días o meses".

Los meteoritos son menos peligrosos que los asteroides, que son cuerpos rocosos, carbonáceos o metálicos más pequeños que un planeta y mayores que un meteoroide.

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