jueves, 7 de marzo de 2013

UN PEQUEñO ASTEROIDE ROCOSO HIZO EXPLOSIóN EN LA REGIóN SIBERIANA DE TUNGUSKA (RUSIA). DERRIBó áRBOLES, PROVOCó INCENDIOS Y ANIQUILó LA FAUNA Y LA FLORA

El 30 de junio de 1908, en una región remota de Siberia, una gigantesca explosión lanzó por los aires todo un bosque de más de veinte kilómetros de diámetro y, según informes de la época, llegó a matar a media docena de campesinos que se encontraban a sesenta kilómetros de distancia.

Este asteroide rocoso o trozo de un cometa hizo explosión ocho kilómetros por encima de la región siberiana de Tunguska (Rusia). Derribó árboles, provocó incendios y aniquiló la fauna y la flora de un área de más de 2.500 kilómetros cuadrados

Durante más de cien años, científicos de todo el mundo han viajado al lugar de la explosión buscando explicaciones a un hecho que, sin precedentes históricos y sin posibilidad de comparación, dentro de los fenómenos naturales o en el campo de la física nuclear, continúa siendo todavía un misterio.

Un científico checoslovaco, sin embargo, anunció en febrero de 1979 una coherente explicación del origen de esta explosión. Según L. Kreasak, de la Academia eslovaca de Ciencias, en Bratislava, la explosión fue consecuencia de la separación de un «peñasco» de gigantescas proporciones del cometa Encke, que explosionó al contacto con la atmósfera cercana al lugar.

Esta tesis recibió en su momento algunas críticas de aquéllos que defendían explicaciones tan dispares como que el acontecimiento fue una explosión nuclear natural y otras como que fue el fracaso imprevisto de una invasión de la Tierra por naves extraterrestres.

Una explicación lógica ha sido imposible hasta la fecha por las dificultades que han existido para llegar hasta el lugar de la explosión. De hecho, los primeros científicos que consiguieron inspeccionar el lugar fueron miembros de la Academia Soviética de Ciencias, que lo hicieron diecinueve años después de la explosión y con el primer objetivo de desmentir los rumores sobre la existencia misma del acontecimiento, que ocupó páginas de diarios y revistas especializadas durante las tres primeras décadas del siglo pasado.

El informe de esta primera investigación fue confuso y apenas pudo adelantar una explicación aceptable al acontecimiento. Aportó, sin embargo, las primeras pruebas sobre la explosión y el hecho de que, veinte años después y pese a sus efectos devastadores, en el lugar había crecido un bosque tan frondoso que ni siquiera varios siglos de naturaleza salvaje en las cercanías habían sido capaces de simular.

En 1975, el profesor Ari Ben-Menahem, del Instituto Weizman de Israel, corroboró la tesis de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética que, ya en 1967, había concluido que el origen de la explosión fue termonuclear y de efectos muy similares a los producidos por la bomba de hidrógeno. El problema de esta tesis, sin embargo, era que en 1908 no existía ninguna ciencia nuclear conocida en el mundo y aceptar este origen, implicaba que la explosión fue de origen natural o había sido provocada por extraterrestres.
OTRAS ROCAS QUE

LLEGARON A LA TIERRA

El 24 de diciembre de 1858, un gran "globo de fuego" se estrelló en un campo próximo a la población de Molina de Segura (Murcia/España). El impacto causó un gran cráter de medio metro de profundidad.

Dos meses después, el 10 de febrero de 1896, cayó en la ciudad de Madrid un meteorito que dejó varios heridos, no por el impacto sino por culpa de la histeria colectiva que se apoderó de la ciudad.

En la región de Manchuria (China), el 8 de marzo de 1976 cayeron varios fragmentos. Entre ellos, se recogió una roca de dos toneladas.

El 20 de junio de 1994 un meteorito de más de un kilo de peso impactó en un automóvil, marca BMW, que circulaba por la carretera de Andalucía (España), dentro del término municipal de Getafe.

En enero de 2004, el estallido de un meteorito sembró de bolas de fuego el cielo de la Península. Fueron vistas desde Santiago de Compostela a Castellón.

El 10 de mayo de 2007, una luminosa bola de fuego, seguida de un estruendo, surcó el cielo de La Mancha. El trozo de asteroide, de menos de medio metro de diámetro, que se rompió al entrar en la atmósfera, esparció sus fragmentos cerca de Puerto Lápice.

El 15 de septiembre de 2007, la caída de un meteorito en el sur de Perú causó un cráter de 30 metros de diámetro y 20 de profundidad en el suelo. Cerca de 700 pobladores de la localidad de Carancas sufrieron malestares tales como jaquecas, mareos y vómitos, presumiblemente a causa de gases emanados por el meteorito.

Un meteorito de casi 60 toneladas y el tamaño de un coche estalló sobre el desierto de Sudán en octubre de 2008. Fue el primero que se avistó con horas de anticipación a su entrada en la atmósfera.

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