domingo, 10 de julio de 2011

Harvard y el MIT investigan si la vida terrestre es de Marte

¿Es el ser humano en realidad marciano? Varias teorías, a su vez motivo de más de un guión de ciencia ficción, reflejan que una civilización avanzada que vivió en Marte dejó el planeta para viajar al centro de la galaxia, enviando previamente su ADN a la Tierra para generar la vida tal y como se conoce actualmente y producir seres racionales, los humanos, que descubrirían su procedencia.

De forma similar, un grupo científico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), concretamente su Departamento de Ciencias Terrestres, Planetarias y Atmosféricas, y la Universidad de Harvard comenzaron en abril una rigurosa e importante investigación, denominada Búsqueda de Genomas Extra Terrestres (SETG), para conocer si la vida terrestre proviene de organismos originados en Marte que habrían llegado a la Tierra en meteoritos. En ese sentido, los científicos explican que para detectar indicios de vida marciana, pasada o presente, “la mejor apuesta es buscar ADN o ARN bajo su superficie”, en especial las secuencias de ciertas moléculas que son universales en casi todas las formas de vida terrestres.

Una hipótesis que no es nueva y que siempre se ha concebido como posible, aunque hasta ahora no se había intentado desarrollar. Este plan podría proporcionar la evidencia necesaria para demostrar dicho planteamiento y que el ser humano no es tan solo resultado del mundo en el que habita, sino que probablemente también descienda de formas de vida marcianas de hace millones de años.

El estudio se remonta a los orígenes del sistema solar, cuando los climas de ambos planetas eran mucho más parecidos entre sí de lo que son actualmente, con lo que, de haberse generado o detenido algún tipo de vida en uno de ellos, podría haber sobrevivido en el otro. De hecho, se calcula que ya se han desplazado de Marte a la Tierra al menos mil millones de toneladas de roca desperdigadas en impactos de asteroides en los que viajaban algunos microbios que pueden sobrevivir durante miles de años luz.

Precisamente la particular evolución de las órbitas provoca que sea hasta cien veces más fácil para los fragmentos rocosos viajar del planeta rojo al azul y no al contrario. 
El equipo del MIT quiere tomar muestras del suelo marciano y aislar los microbios o los restos de ellos que pueda contener, en concreto los que dispongan de un ADN viable para su estudio y que las bajas temperaturas pueden haber conservado durante miles de años. De esta forma, es posible separar el material genético y utilizar técnicas bioquímicas para poder analizar sus secuencias genéticas.



BACTERIAS RESISTENTES

Como señala el coordinador de la investigación, Chistopher Carr: “Es una hipótesis remota, pero si allí encontramos restos de vida y está relacionada con nosotros, podríamos confirmar que nuestra existencia proviene de Marte”. Aun si no se consigue, “podríamos descubrir qué parte de la vida iniciada en la Tierra pudo llegar a Marte”.

Una posibilidad impensable hace años, pero con la evidencia de las misiones Rover de los últimos años y la actividad de ciertos satélites de que existe hielo marciano, es factible afirmar que el subsuelo de ese planeta “es el lugar idóneo para buscar vida”, tal como asegura Carr, quien recuerda que el equipo de trabajo ha desarrollado un dispositivo capaz de tomar muestras del subsuelo con un vehículo adaptado que ya está dispuesto para una futura misión de este tipo.
¿Es el ser humano en realidad marciano? Varias teorías, a su vez motivo de más de un guión de ciencia ficción, reflejan que una civilización avanzada que vivió en Marte dejó el planeta para viajar al centro de la galaxia, enviando previamente su ADN a la Tierra para generar la vida tal y como se conoce actualmente y producir seres racionales, los humanos, que descubrirían su procedencia.

De forma similar, un grupo científico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), concretamente su Departamento de Ciencias Terrestres, Planetarias y Atmosféricas, y la Universidad de Harvard comenzaron en abril una rigurosa e importante investigación, denominada Búsqueda de Genomas Extra Terrestres (SETG), para conocer si la vida terrestre proviene de organismos originados en Marte que habrían llegado a la Tierra en meteoritos. En ese sentido, los científicos explican que para detectar indicios de vida marciana, pasada o presente, “la mejor apuesta es buscar ADN o ARN bajo su superficie”, en especial las secuencias de ciertas moléculas que son universales en casi todas las formas de vida terrestres.

Una hipótesis que no es nueva y que siempre se ha concebido como posible, aunque hasta ahora no se había intentado desarrollar. Este plan podría proporcionar la evidencia necesaria para demostrar dicho planteamiento y que el ser humano no es tan solo resultado del mundo en el que habita, sino que probablemente también descienda de formas de vida marcianas de hace millones de años.

El estudio se remonta a los orígenes del sistema solar, cuando los climas de ambos planetas eran mucho más parecidos entre sí de lo que son actualmente, con lo que, de haberse generado o detenido algún tipo de vida en uno de ellos, podría haber sobrevivido en el otro. De hecho, se calcula que ya se han desplazado de Marte a la Tierra al menos mil millones de toneladas de roca desperdigadas en impactos de asteroides en los que viajaban algunos microbios que pueden sobrevivir durante miles de años luz.

Precisamente la particular evolución de las órbitas provoca que sea hasta cien veces más fácil para los fragmentos rocosos viajar del planeta rojo al azul y no al contrario. 
El equipo del MIT quiere tomar muestras del suelo marciano y aislar los microbios o los restos de ellos que pueda contener, en concreto los que dispongan de un ADN viable para su estudio y que las bajas temperaturas pueden haber conservado durante miles de años. De esta forma, es posible separar el material genético y utilizar técnicas bioquímicas para poder analizar sus secuencias genéticas.



BACTERIAS RESISTENTES

Como señala el coordinador de la investigación, Chistopher Carr: “Es una hipótesis remota, pero si allí encontramos restos de vida y está relacionada con nosotros, podríamos confirmar que nuestra existencia proviene de Marte”. Aun si no se consigue, “podríamos descubrir qué parte de la vida iniciada en la Tierra pudo llegar a Marte”.

Una posibilidad impensable hace años, pero con la evidencia de las misiones Rover de los últimos años y la actividad de ciertos satélites de que existe hielo marciano, es factible afirmar que el subsuelo de ese planeta “es el lugar idóneo para buscar vida”, tal como asegura Carr, quien recuerda que el equipo de trabajo ha desarrollado un dispositivo capaz de tomar muestras del subsuelo con un vehículo adaptado que ya está dispuesto para una futura misión de este tipo.

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