martes, 22 de agosto de 2017

Video Estadounidenses son testigos del gran eclipse


Tras un siglo de espera, la paciencia de millones de aficionados fue recompensada la mañana del lunes: el eclipse total de Sol oscureció en pleno día la costa oeste de Estados Unidos, para desplazarse paulatinamente hacia el este.

A las 17H16 GMT, miles de personas gritaron y aplaudieron cuando la Luna se colocó justo delante del Sol, un inusual eclipse total que cruzará de costa a costa el país por primera vez en casi un siglo.

Poco más de una hora antes, el disco solar había empezado a quedar oculto por el satélite natural de la Tierra de acuerdo con la visibilidad en Oregon, en el noroeste del país.

El fenómeno será visible en una pequeña franja de territorio de 113 kilómetros de ancho de oeste a este que cruzará 14 estados.

Doce millones de personas, que viven en este privilegiado corredor, estarán en la primera fila para observar el espectáculo. Los acompañan millones de turistas que se han acercado desde hace varios días a esta diagonal mágica.

En Los Ángeles, miles de personas acudieron al Observatorio Griffith, que corona las colinas cercanas a la ciudad. Muchos caminaron a este lugar de observación para evitar los atascos de tráfico, que colapsaron las vías.

Algunos observadores habían fabricado sus propios proyectores de agujeros de cartón y cinta adhesiva.

En México, donde hubo un eclipse parcial, los amantes de la astronomía instalaron telescopios equipados con filtros solares especiales en parques y plazas de varias ciudades. "Deje el teléfono inteligente y experimente esto emocionalmente, psicológicamente, físicamente, en lugar de simplemente a través de la pantalla", aconsejó el destacado astrofísico estadounidense Neil DeGrasse Tyson.

Delante del Museo del Aire y del Espacio de Washington, lentes especiales son distribuidos entre los transeúntes. Al lado, a lo largo del National Mall niños y adultos se encuentran ya apostados con los ojos dirigiéndose al horizonte, a la espera de presenciar el fenómeno en toda su magnitud.

En Carolina del Sur, donde acabará el eclipse su travesía, se esperan dos millones de visitantes, en un estado que cuenta con 5 millones de habitantes.

Los turistas ruegan que el clima se mantenga clemente y permita una buena observación del firmamento. "No importa realmente si vemos o no el eclipse. Nos permitió poner un alfiler en el mapa" y viajar, dice Nick Willder, un británico de 59 años.


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