lunes, 1 de febrero de 2016

Inicia la "fiebre del oro" espacial

La explotación minera de asteroides ya no es ciencia ficción. Las posibilidades de la explotación de estos cuerpos rocosos son innumerables y van desde explotar cantidades inagotables de metales preciosos a apoyar logísticamente los asentamientos humanos en la Luna o Marte con combustible, agua u otros materiales.

La posibilidad de aprovechar los beneficios de estos asteroides está desatando ya toda una "fiebre del oro" espacial entre países y empresas de todo el mundo.

Tesoros cósmicos

Estos asteroides son tesoros cósmicos que se constituyen en reserva prácticamente inagotable de minerales y elementos que en nuestro planeta escasean o empiezan a estar sobreexplotados, como el oro, platino, hierro o el agua.

La idea es alcanzar alguno de ellos. En el cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter, millones de rocas de todos los tamaños (desde los 1.000 km de diámetro hasta unos pocos metros) forman un anillo alrededor del Sol. Son restos de los lejanos tiempos de la formación del Sistema Solar.

Muchas de esas rocas, además, abandonan el cinturón debido a las colisiones que se producen entre ellas, y sus trayectorias las hacen viajar a toda velocidad a través de nuestro sistema planetario. Y un buen número de ellas terminan dirigiéndose, o aproximándose, a la Tierra. Estos serían, en principio, los asteroides más fáciles de alcanzar.

Se descubren 100 asterorides/año

Su denominación genérica es NEAs (Near Earth Asteroids o Asteroides Cercanos a la Tierra), y son asteroides que, en algún momento de sus órbitas, pasan a menos de unos 40 millones de km. Hasta junio de 2015 se conocían 12.745 NEAs con tamaños de entre un metro y 32 km. Se cree que no más de 981 asteroides mayores de un kilómetro pasan alguna vez cerca de la Tierra, y de ellos ya conocemos más del 90 por ciento. Pero las mismas estimaciones indican que podrían estar zumbando a nuestro alrededor más de un millón de asteroides con tamaños inferiores a los 50 metros, cifra de la que apenas si conocemos un 1 por ciento. Los nuevos descubrimientos se producen a razón de 100 asteroides cercanos cada año, pero lo cierto es que la inmensa mayoría de estas pequeñas rocas espaciales permanecen aún en el anonimato.

Avances

Por eso, en abril de 2013 la NASA, haciendo suya una idea lanzada en 2012 por el Instituto Keck de Estudios Espaciales, entidad adscrita al Instituto de Tecnología de California (Caltech) anunció su intención de desarrollar la tecnología necesaria para potenciar la minería espacial, y puso en marcha una misión de prueba que consistirá, nada menos, que en capturar un asteroide y traerlo después hasta la órbita lunar para, una vez allí, enviar astronautas para que aterricen en él. Un paso fundamental para el futuro desarrollo del que será, sin duda, uno de los negocios más lucrativos de la segunda mitad de este siglo.

El pasado 25 de noviembre de 2015, el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó la llamada "Ley del Espacio" para promover la exploración privada del espacio y uno de cuyos títulos, precisamente, permite la futura apropiación de asteroides y "otros recursos espaciales" tanto a las personas como a las empresas que dispongan de la tecnología necesaria para llegar hasta ellos. El Gobierno norteamericano no se interpondrá en estas actividades y garantiza a quien sea capaz de extraer materiales de un asteroide, el derecho a "poseerlo, transportarlo, usarlo y venderlo", renunciando además a cualquier pretensión de soberanía.

Empresas que han desarrollado proyectos de minería de asteroides, como Planetary Resources o Deep Space Industries, celebraron la aprobación de esta legislación que aclara el marco legal para un negocio que podría ser extremadamente rentable y lanzar una fiebre del oro a nivel espacial.

"Dentro de muchos años se verá la aprobación de esta ley como el momento de la historia que supuso un avance en nuestro camino a convertirnos en una especie multiplanetaria", indicó en un comunicado el co-presidente de Planetary Resources, Eric Anderson.

Negocio de muchos ceros

Estas compañías creadas para un sueño están invirtiendo dinero y tiempo en desarrollar sondas capaces de aproximarse a un asteroide y explotar sus recursos, en algunos casos desplazándolo de su órbita.

Estas compañías cuentan con planes que no sólo se centran en la explotación directa de recursos, sino en conseguir jugosos contratos de aprovisionamiento y apoyo logístico (agua, combustible, etc...) para las futuras colonias lunares o marcianas.

Sólo el aprovisionamiento de agua, que los asteroides poseen en abundancia, podría llegar a ser, según Planetary Resources, un "negocio trillonario"

En cuanto a la obtención de metales, baste con decir que un solo asteroide de 500 metros podría contener el equivalente a todo el platino conseguido en las minas de la Tierra durante toda la historia. Algunos cálculos llevados a cabo en el sector privado cifran el beneficio potencial de la explotación de un pequeño asteroide de apenas 50 metros en más de 500.000 millones de dólares.

Un informe de la NASA estima, señala el portal Abc, que de un solo asteroide de un km de diámetro y una masa estimada de 2.000 millones de toneladas se podrían extraer hasta 30 millones de toneladas de níquel, 1,5 de cobalto y 7.500 toneladas de platino.

Para garantizar el éxito de esta nueva industria extraterrestre, empresas e instituciones se dedican desde hace unos años a averiguar cuáles son los mejores objetivos.

Planetary Resources ya está probando en el espacio una serie de satélites de observación, llamados Arkyd, cuya misión es precisamente la de localizar los asteroides más idóneos para su explotación.

Aunque aún nadie sabe a ciencia cierta cómo será exactamente una explotación minera en una de estas rocas, muchos están de acuerdo en algunos requerimientos generales. Debido a la falta de gravedad la maquinaria tendrá que alimentarse con energía solar, ser lo más ligero posible y deberá ser anclado firmemente a este cuerpo rocoso. Además serán necesarios robots que puedan colaborar con los humanos en muchas tareas.

TESORO CÓSMICO

Un solo asteroide de 500 metros cúbicos podría contener todo el platino obtenido de minas terrestres en toda la historia o tener un precio de mercado de centenares de miles de millones de dólares, según estimaciones.



CON GRAN RESOLUCIÓN

Imagen astronómica desvela secretos de un núcleo galáctico

Efe

Una colaboración internacional entre 15 antenas terrestres y la antena de la misión espacial RadioAstron (de la Agencia Espacial Rusa), en órbita alrededor de la Tierra, ha conseguido captar la imagen con mayor resolución de la astronomía.

El trabajo, liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Astrofísica de Andalucía, aporta nuevas claves para el estudio de las galaxias activas.

Esta imagen fue posible gracias a la técnica conocida como interferometría de muy larga base (VLBI por su acrónimo en inglés), que desde 1974 permite que múltiples radiotelescopios separados geográficamente trabajen al unísono, funcionando como un telescopio con un diámetro equivalente a la distancia máxima que los separa.

Al operar conjuntamente, las antenas funcionan como un único radiotelescopio con un diámetro equivalente a ocho veces el diámetro de la Tierra, informa el CSIC en una nota de prensa.

Gracias a esta tecnología, se pudo atisbar con "una precisión inigualable" las regiones centrales del objeto conocido como BL Lacertae, el núcleo activo de una galaxia situado a 900 millones de años luz y que está alimentado por un agujero negro de unos 200 millones de veces la masa de nuestro sol.

Los núcleos de galaxias activas son los objetos más energéticos del universo y pueden emitir de forma continua más de 100 veces la energía liberada por todas las estrellas de una galaxia como la nuestra.

Estas galaxias contienen un agujero negro supermasivo de hasta miles de millones de masas solares rodeado de un disco de gas y cuentan con la presencia de jets relativistas (chorros de partículas subatómicas perpendiculares al disco que viajan a velocidades cercanas a la de la luz).

José Luis Gómez, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, apunta que parece claro que los jets se originan como consecuencia de la caída de material del disco al agujero negro central, pero aún desconocemos en gran medida cómo se forma el haz de partículas y cómo se acelera hasta velocidades cercanas a la de la luz.

"Sabemos, sin embargo, que el campo magnético juega un papel fundamental", agrega este investigador, quien publica las conclusiones del trabajo en la revista The Astrophysical Journal.

La hipótesis predominante sostiene que, debido a la rotación del agujero negro y el disco, las líneas de campo magnético se "enrollan" y forman una estructura helicoidal que confina y acelera las partículas que forman los jets.

El estudio de BL Lacertae aporta un dato fundamental para la confirmación de ese escenario, ya que ha permitido obtener la primera evidencia directa de la existencia de un campo magnético helicoidal a gran escala en un núcleo de una galaxia activa.

"La resolución proporcionada por RadioAstron nos permite una visión única de las regiones más internas de los núcleos activos, donde se produce la mayor parte de su energía", concluye Yuri Kovalev, investigador del Astro Space Center y director científico de la misión RadioAstron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario