lunes, 1 de febrero de 2016

Hongos en el espacio


Científicos europeos han recogido los diminutos hongos que se cobijan en las rocas de la Antártida y los han enviado a la Estación Espacial Internacional. Tras permanecer allí durante año y medio en condiciones parecidas a las de Marte, más de un 60 por ciento de sus células permanecían intactas, con el ADN estable.

Los resultados aportan nueva información en la búsqueda de vida en el planeta rojo. En el mismo experimento también viajaron al espacio líquenes españoles de la Sierra de Gredos.

Los Valles Secos de McMurdo, en el sector antártico de Tierra Victoria, están considerados como el análogo terrestre más parecido a Marte. Se trata de uno de los entornos más secos y hostiles de nuestro planeta, donde el fuerte viento barre incluso la nieve y el hielo. Sólo los llamados microorganismos criptoendolíticos, capaces de sobrevivir en la grietas de las rocas, y algunos líquenes pueden resistir tan duras condiciones climatológicas.

Hasta esos remotos valles se desplazó hace unos años un equipo de investigadores europeos para recoger muestras de dos especies de hongos criptoendolíticos: Cryomyces antarcticus y Cryomyces minteri. El objetivo era enviarlos a la Estación Espacial Internacional (ISS) para someterlas a condiciones marcianas y espaciales para observar su respuesta.

Los diminutos hongos se ubicaron en las celdillas (de 1,4 centímetros de diámetro) de una plataforma para experimentos denominada EXPOSE-E desarrollada por la Agencia Espacial Europea para resistir entornos extremos. La plataforma fue enviada en la nave Atlantis a la ISS y colocada en el exterior del módulo Columbus con la ayuda de un astronauta del equipo comandado por el belga Frank de Winne.

Durante 18 meses la mitad de los hongos antárticos estuvo en condiciones que simulan las marcianas. En concreto, a una atmósfera con 95 por ciento de CO2, 1,6 por ciento de argón, 0,15 por ciento de oxígeno, 2,7 por ciento de nitrógeno y 370 partes por millón de H2O; y una presión de 1.000 pascales. A través de filtros ópticos, unas muestras se sometieron a radiación ultravioleta como la de Marte (superior a 200 nanómetros) y otras a radiación reducida, incluyendo aparte muestras de control.

OBJETIVO

“Los resultados contribuyen a la evaluación de la capacidad de supervivencia y estabilidad a largo plazo de microorganismos y bioindicadores", dice.



EN AMBIENTES EXTREMOS

Estudio sobre la resistencia

La científica Rosa de la Torre del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) dijo que este trabajo, publicado en la revista Astrobiology, forma parte de un experimento denominado Lichens and Fungi Experiment (LIFE), “con el que hemos estudiado la suerte o el destino de varias comunidades de organismos líticos durante un viaje en el espacio a largo plazo sobre la plataforma EXPOSE-E”.

“Los resultados contribuyen a la evaluación de la capacidad de supervivencia y estabilidad a largo plazo de microorganismos y bioindicadores sobre la superficie de Marte”, dijo De la Torre.

Los investigadores del experimento LIFE, coordinado desde Italia, también han estudiado dos especies de líquenes (Rhizocarpon geographicum y Xanthoria elegans) resistentes al ambiente extremo de Sierra de Gredos (Ávila) y en la cordillera de los Alpes.

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