martes, 6 de octubre de 2015

Después de la superluna llegarán dos lluvias de meteoros

La noche del 28 de septiembre a sido única en América, África y oeste de Europa. Desde estos lugares fue posible ver una “Luna encendida”, que se vio un 14% mayor de lo habitual y un 30% más brillante, y para aquellos que se atrevieron a quedarse en vela, fue además un momento inolvidable: alrededor de las cuatro de la mañana se produjo un eclipse total de superluna, gracias al perfecto alineamiento entre la Tierra, el Sol y el satélite. La Luna comenzó a entrar en la sombra de la Tierra a partir de las 3:07 horas, de tal forma que tam-bién se empezó a ver la entra de la Luna en la oscuridad. El satélite quedó completamente oscuro hasta las 5:23 minutos de la madrugada.

Sin embargo, el denominado eclipse penumbral que no se nota a simple vista comenzó a las 2:12 hasta las 3:07 y terminó entre las 6:27 y las 7:22. El eclipse que se vió a simple vista, ocurrió entre las 3:07 y las 5:23 ya mencionados en el que la Luna entra, recorre y sale de la sombra.

Aunque se trataba del segundo eclipse total de 2015, era el primer eclipse total de superluna desde el año 1982 y ade-más el último de una tétrada, un conjunto de eclipses totales de Luna que comenzaron a darse desde el 15 de abril de 2014. Aunque lo cierto es que habrá que esperar hasta el año 2033 para volver a ver un eclipse de superluna, pero el año 2015 aún se reserva varios regalos as-tronómicos: para empezar una conjunción planetaria y para continuar dos llu-vias de meteoros.

CONJUNCIÓN PLANETARIA EN OCTUBRE

El primer evento llamativo ocurrirá el 26 de octubre, cuando se produzca una conjunción planetaria de Júpiter, Venus y Marte. Los intensos puntos luminosos correspondientes a los planetas, con luz estable, podrán verse en el campo visual de unos prismáticos de 5º. Júpiter y Venus estarán un poco más próximos, y por debajo de ellos se verá Marte. Eso sí, para verlos habrá que madrugar, ya que serán visibles el inicio del alba, mirando entre 20º y 25º hacia el Este-Sureste.

Además, podremos ver una ocultación lunar. Las ocultaciones lunares tienen lugar cuando la Luna, moviéndose a lo largo de su trayectoria orbital, pasa de-lante de una estrella u otro objeto celes-te, impidiendo su visión desde la tierra. En este caso la Luna oculta durante una hora a la estrella Aldebarán, una de las más brillantes del cielo nocturno. Situada a 65 años luz de distancia de la Tierra, perteneciente a la constelación de Tauro. La reaparición por la zona oscura de la Luna es más fácilmente observable alrededor de las 22,30 U.T.

LLUVIA DE METEOROS EN NOVIEMBRE

Menos de un mes después habrá ocasión de disfrutar de una lluvia de meteo-ros que se produce cada año entre el 15 y el 21 de noviembre, y que recibe el nombre de las leónidas. Se trata de un fenómeno que alcanza un máximo de intensidad cada 33 años, debido a que el polvo del cometa Tempel-Tuttle no está distribuido homogéneamente a lo largo de su órbita. En años normales, las leó-nidas producen tasas del orden de diez a quince meteoros por hora. Denison Olmsted, profesor de la Universidad de Yale, observó que los trazos de los meteoros parecían provenir de la constela-ción de Leo, lo que dio su nombre al fenómeno.

El máximo se prevé para la madrugada del 17 al 18 de noviembre. Se pueden ver mirando al Este-Sureste. La luna no interferirá su visión. El color de estos meteoros es generalmente rojizo, son muy rápidos, ya que la Tierra los encuentra de frente, y con frecuencia dejan tras sí una estela de color verde que persiste durante unos pocos segundos.

LLUVIA DE METEOROS EN DICIEMBRE

Tras las leónidas llegarán las gemíni-das. Se trata de una lluvia de meteoros de actividad alta procedentes del asteroi-de (3200) Faetón, descubierto en 1983. Los meteoros de esta lluvia tienen un movimiento lento y pueden ser observa-dos durante la mayor parte del mes de diciembre usualmente del 7 al 17, con un pico de mayor actividad el día 14 de diciembre.

Con una Tasa Horaria Zenital (THZ) de 120-160 meteoros/hora bajo condiciones óptimas, están entre las lluvias de mayor actividad del año junto a las cuadránti-das. Las gemínidas fueron observadas por primera vez en 1862. Se denominan gemínidas porque radian de la conste-lación de Géminis.

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