viernes, 26 de junio de 2015

Un agujero negro despierta después de 26 años y asombra

Telescopios de todo el mundo apuntan desde hace 10 días a V404 Cygni y observan “con gran precisión” cómo un agujero negro, que acaba de despertar después de 26 años, devora la masa de su estrella vecina, informó ayer en un comunicado el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). El Gran Telescopio Canarias (GTC) lidera las observaciones ópticas de este fenómeno único.

Los astrónomos no pueden esconder su entusiasmo, indica la IAC: por primera vez se ve el momento en que un agujero negro engulle y expulsa masa procedente de su estrella vecina. El fenómeno se ha convertido en uno de los temas centrales de la Semana Europea de la Astronomía y las Ciencias de Espacio Ewass 2015, en la que se han presentado varias ponencias sobre estas observaciones que aún siguen en marcha.

Desde la noche del 15 de junio, cuando saltaron las primeras alarmas de la presencia de un brillo extraordinario, V404 Cygni, un sistema binario compuesto por un agujero negro y una estrella que orbitan uno alrededor de la otra, es protagonista. Se encuentra en la Vía Láctea, en la constelación del Cisne, a casi 8.000 años luz.

Según explica Teo Muñoz-Darias, investigador del IAC y uno de los responsables de las observaciones de este fenómeno en el GTC, en un sistema binario de estas características “las capas externas de la estrella se sienten más atraídas por la gravedad del agujero negro que por la de la propia estrella, así que se empieza a transferir material en torno al agujero negro y se forma un disco de acreción”.

Agrega que “cuando el disco es suficientemente denso, se producen inestabilidades que precipitan la caída del material acumulado sobre el agujero negro y dan lugar a las erupciones que estamos observando”.

Es decir, tras una larga temporada de quietud, en la que no se emiten rayos X, cuando el agujero negro “engulle” esta materia, se generan rayos X y radiación en altas energías.

“Lo que nosotros vemos inicialmente es un aumento brusco de brillo a muy altas energías”, aclara Muñoz-Darias. “La materia se aproxima al agujero negro y parte de ella se transforma en energía por un mecanismo que está, de algún modo, íntimamente ligado a la expulsión de parte de esa materia. Estas eyecciones pueden ser estudiadas por primera vez con telescopios ópticos”, dice.

Gracias al gran tamaño del área colectora del espejo del GTC, los científicos pueden tener espectros cada muy poco tiempo: uno cada cien segundos. “Estamos viendo líneas de emisión típicas de estos sistemas cuando están activos y, además, vemos que hay detalles de estas líneas que cambian rápidamente”, explica Muñoz-Darias.

El descubrimiento de este tipo de sistemas binarios de estrella y agujero negro se produce precisamente en momentos de erupción como el que se está observando estos días. De hecho, V404 Cygni se pudo caracterizar y medir su masa gracias a su última gran erupción de rayos X, que data de 1989, hasta entonces se pensaba que era una estrella variable tipo nova, indica el IAC.

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