Fue el 12 de marzo de 2012 cuando unos astrónomos aficionados notaron algo extraño en el hemisferio sur de Marte: unas nubes a casi 250 kilómetros de altura -mucho más que los 100 habituales-, que 10 días después aumentaron a 965 kilómetros de largo por 500 de ancho, y que al día siguiente desaparecieron súbitamente.
El fenómeno claramente dejó un aura de inquietud en los científicos, más aún cuando volvió a aparecer el 6 de abril del mismo año en un área cercana al polo sur, con una duración de 11 días y un tamaño similar
De acuerdo a Agustín Sánchez-Lavega, astrofísico de la Universidad del País Vasco (UPV), se trataba de "una formación extensa que cambiaba de forma, que desaparecía durante la noche y volvía a resurgir al día siguiente", sin que existan registros previos de algo parecido, y especulando si se trató de un géiser, una nube de hielo o el impacto de un gran asteroide.
De hecho, el único antecedente previo ocurrió en 1997 y fue captado por el telescopio espacial Hubble, siendo lo único comparable al fenómeno. Y aunque en una escala menor, de todas maneras ha sido utilizado para estudiar la composición de la extraña nube.
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