miércoles, 28 de enero de 2015

Desvelan misterios de 67P

Es un mundo rocoso, muy accidentado, polvoriento, rico en componentes orgánicos pero con menos hielo del esperado; muy oscuro, con temperaturas que oscilan entre los -70ºC y los -150ºC y en el que incluso parece que hay viento. Este sería el retrato del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko realizado a partir de las conclusiones de siete estudios que recoge la revista Science. Se trata de la primera tanda de resultados obtenidos tras analizar las mediciones realizadas por la sonda espacial Rosetta, la nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) que entró en la órbita de este cometa el pasado agosto.

El 12 de noviembre de 2014, la misión Rosetta de la ESA hizo historia cuando Philae, su módulo de aterrizaje, se posó -aunque con algunas complicaciones- sobre la superficie del cometa 67P. Y a pesar de que el acontecimiento acaparó cientos de titulares y fue considerado toda una gesta espacial, para los investigadores que reciben y analizan los datos en tierra fue sólo el principio.

Los siete estudios detallan la densidad, composición, forma, orografía, atmósfera y actividad del cometa que se convirtió en el más y mejor observado y analizado de la historia.

El 67P tiene cuatro kilómetros de diámetro y pesa 10.000 millones de toneladas, pero los nuevos datos de Rosetta muestran que este coloso es menos denso que el corcho o la madera, es decir, flotaría en el mar como un iceberg. De hecho es muy poroso y su interior está vacío en un 80 por ciento, como si fuera una esponja o una piedra pómez, según indican las imágenes tomadas por el instrumento Osiris, uno de los 11 a bordo de Rosetta, publica el portal El País. Es la primera vez que se consigue medir la densidad de un cometa de forma directa.

Las más de 15.000 imágenes tomadas por Osiris permitieron clasificar los diferentes terrenos que hay en la superficie del 67P, explica Luisa M. Lara, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía y coautora de tres de los estudios. Se pueden encontrar grandes extensiones de polvo con dunas que recuerdan a los desiertos de la Tierra, zonas con cráteres y también partes más abruptas que recuerdan a los volcanes de lodo de Chile, resalta Lara. Entre todas ellas se alza Hathor, un acantilado de 900 metros que Rosetta retrató en una de las vistas más espectaculares del 67P. Lo más sorprendente es que una persona podría saltar desde el precipicio y sobrevivir debido a la reducida gravedad, según la NASA. En teoría, un astronauta podría saltar desde una nave y caer en el 67P, según los cálculos de Rhett Allain -un físico de la Universidad de Luisiana (EEUU)- y también sería posible saltar lo suficiente como para abandonar el cometa.

Eyección de gases desde el "cuello"

En uno de los estudios publicados en Science los investigadores utilizaron Osiris para analizar la estructura del cometa cuyas formas le confieren cierto parecido a un pato de goma y que consta de dos lóbulos conectados por una especie de "cuello".

Los estudios comprobaron que la mayor parte de la eyección de gases del cometa sucede precisamente en ese cuello, del que las cámaras de Osiris vieron surgir chorros de gas y escombros. El hallazgo hace que los científicos se pregunten si el cometa pudo formarse a partir de la combinación de dos cuerpos más pequeños o si su existencia comenzó como un cuerpo mucho mayor que se contrajo alrededor de su centro, dándole el aspecto de una manzana de la que alguien se hubiera comido toda su parte central.

Otro de los estudios describe con todo detalle la superficie del fragmento del cometa que es más visible desde la actual posición de Rosetta (la cara sur no es visible aún porque es la que apunta hacia el Sol y la nave Rosetta se refugia en la zona de sombra para no recibir directamente la radiación solar). La región norte del Churyumov Gerasimenko representa, sin embargo, más de la mitad de toda la superficie del cometa, y está dividida en 19 regiones diferentes, todas ellas bautizadas con nombres de antiguos dioses egipcios, al estilo de la nomenclatura de toda la misión. Aún no se sabe cuál de estas dos posibilidades es la cierta, pero sí se ha descubierto una enorme grieta "que recorre el cuello del pato como si fuera un collarín”, resalta Lara.

Los detalles sobre las texturas y la geomorfología del núcleo del cometa ayudarán a los investigadores a determinar cómo su forma fue evolucionando a lo largo del tiempo y dónde es más probable que se encuentren sus depósitos de agua y hielo. Esta parte de la investigación será cada vez más fácil a medida que el cometa se vaya acercando al Sol.

Otro de los estudios, capitaneado por Fabrizio Capaccioni, del Instituto Nacional de Astrofísica de Roma, y llevado a cabo con el espectrómetro de infrarrojos Virtis, se centra en las evidencias de moléculas orgánicas de carbono sobre la superficie del Churyumov Gerasimenko. Este equipo de científicos espera poder captar las firmas de moléculas mucho más complejas, incluso de aminoácidos. Por el momento, sin embargo, parece que la superficie del cometa está dominada por formas mucho más simples de carbono, aunque el trabajo servirá para ilustrar cómo esas moléculas llegaron a desarrollarse y a esparcirse después por todo el Sistema Solar.

Philae despertará

Buena parte de los paisajes fotografiados en el 67P desaparecerán o cambiarán pronto. El cometa está ahora aproximándose hacia el punto de su órbita más cercano al Sol. Rosetta será la primera nave humana que presencie cómo la actividad en el cometa se disparará a medida que aumenta su temperatura, haciendo que su superficie se vuelva más “explosiva” con chorros de gas. Los responsables de la misión también esperan que Philae, el módulo que aterrizó en el cometa en noviembre, vuelva a activarse este año entre mayo y junio.

Estos cuerpos son fósiles del Sistema Solar. Están hechos de los materiales primordiales que, hace más de 4.500 millones de años, sirvieron para formar los planetas, incluida la Tierra. Entre estos materiales primigenios, muestra ahora Rosetta, hay abundantes compuestos orgánicos hechos de carbono, hidrógeno y oxígeno.



CON GRAN PRECISIÓN Y RESOLUCIÓN

SMAP mide la humedad en los suelos

Redacción Central

La NASA lanzará mañana el satélite SMAP (Soil Moisture Active Passive), que cada tres días medirá la humedad en los suelos de la Tierra con una precisión y resolución sin precedentes. El satélite despegará a bordo del cohete privado Delta II desde la Base de la Fuerza Aérea de Vandenderg, en California (EEUU).

SMAP es el primer satélite estadounidense de observación terrestre diseñado para recoger observaciones globales de la humedad del suelo superficial y su estado de congelación/descongelación.

Estas mediciones de alta resolución darán a los científicos una nueva capacidad para predecir mejor los riesgos naturales del clima extremo, el cambio climático, las inundaciones y las sequías, según la NASA.

La misión proporcionará los mapas más precisos y de mayor resolución de la humedad del suelo nunca antes obtenidos, con cartografía mundial cada dos o tres días durante por lo menos tres años. La órbita polar circular final de la nave espacial será de 685 kilómetros en una inclinación de 98,1 grados. La nave orbitará la Tierra una vez cada 98,5 minutos.

Las tres partes principales del instrumento son: un radar, un radiómetro y la antena de malla giratoria más grande jamás desplegada en el espacio.

Los instrumentos de teledetección son llamados "activos" cuando emiten sus propias señales y "pasivos" cuando registran señales que ya existen. SMAP aúna un sensor de cada tipo para obtener las mediciones más precisas que jamás se tomaron de la humedad del suelo: una pequeña fracción del agua de la Tierra, pero con un efecto desproporcionadamente grande sobre el tiempo y la agricultura.

Para satisfacer las necesidades de exactitud y cubrir el planeta cada tres días o menos, los ingenieros de SMAP en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA diseñaron y construyeron la antena giratoria más grande que pudiera ser estibada en un espacio de sólo 30 por 120 centímetros durante el lanzamiento. El plato es de 6 metros de diámetro.

"Lo llamamos el lazo hilado", dijo Wendy Edelstein, gerente del instrumento SMAP. Como un lazo de vaquero, la antena está conectada por un lado a un brazo con un cayado en su codo. Se hace girar alrededor del brazo a 14 revoluciones por minuto (una rotación completa cada cuatro segundos). El plato de la antena fue proporcionada por Northrop Grumman.

El motor que hace girar la antena fue suministrado por Boeing. "La antena nos causó mucha angustia, no hay duda al respecto", señaló Edelstein. Aunque la antena debe ajustarse durante el lanzamiento en un espacio no más grande que un cubo de basura de cocina, debe desplegarse de manera tan precisa que la forma de la superficie de la malla tiene una precisión de alrededor de unos pocos milímetros.

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