Según marcan las estadísticas, cada 100.000 años una roca espacial gigante puede chocar contra la Tierra con consecuencias catastróficas. Y para evitar este negro panorama parece que las principales agencias espaciales se han “puesto las pilas”.
Educar a la población
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha ensayado la respuesta que debería darse ante la inminente caída de un meteorito de entre 12 y 38 metros y que viaje a 12 kilómetros por segundo. Se trata de valorar como podría reaccionar Europa ante una catástrofe de este tipo.
Los expertos han analizado cómo actuar 30, 26, 5 y 3 días antes del impacto así como una hora después. Por ejemplo, los días previos deberán ponerse todos los medios para conocer la masa de la roca espacial, su composición o el punto exacto de su impacto. Son datos que permitirían salvar un gran número de vidas. Incluso se ha analizado la información que debería ser distribuida a la opinión pública.
El meteorito de Cheliábinsk demostró que una de las principales asignaturas pendientes es educar a la población sobre cómo actuar en caso de un impacto. Muchos de los heridos fueron curiosos que se acercaron a las ventanas para ver el gran resplandor de luz del meteorito sin saber que éste iba acompañado de una onda expansiva que lanzó los cristales contra ellos.
A principios de mes 100 científicos y astronautas firmaron una declaración en la que solicitan a los estados más inversión ante la amenaza que suponen los meteoritos. Las agencias espaciales parece que piensan igual y han redoblado sus esfuerzos. Eso sí, cada una por su lado.
Todas ellas han aumentado sus esfuerzos en el sistema de detección de los asteroides cuya órbita pueda acercarse a la de la Tierra. Pero esto no basta. Una vez avistados y comprobada su posible peligrosidad el reto es desviarlos o destruirlos, una posibilidad que, según los expertos, ya permite la tecnología actual aunque aún no haya sido probada.
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