lunes, 22 de diciembre de 2014

Europa ensaya qué hacer ante caída de asteroide

Los meteoritos han dado miedo a la humanidad desde el mismo momento en que se apuntó a que uno de ellos pudo ser el responsable de la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Pero, desde que en 2013 una roca espacial causó 1.500 heridos tras caer sobre la ciudad rusa de Cheliábinsk, las alarmas se han encendido aún más si cabe.

Según marcan las estadísticas, cada 100.000 años una roca espacial gigante puede chocar contra la Tierra con consecuencias catastróficas. Y para evitar este negro panorama parece que las principales agencias espaciales se han “puesto las pilas”.

Educar a la población
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha ensayado la respuesta que debería darse ante la inminente caída de un meteorito de entre 12 y 38 metros y que viaje a 12 kilómetros por segundo. Se trata de valorar como podría reaccionar Europa ante una catástrofe de este tipo.
Los expertos han analizado cómo actuar 30, 26, 5 y 3 días antes del impacto así como una hora después. Por ejemplo, los días previos deberán ponerse todos los medios para conocer la masa de la roca espacial, su composición o el punto exacto de su impacto. Son datos que permitirían salvar un gran número de vidas. Incluso se ha analizado la información que debería ser distribuida a la opinión pública.
El meteorito de Cheliábinsk demostró que una de las principales asignaturas pendientes es educar a la población sobre cómo actuar en caso de un impacto. Muchos de los heridos fueron curiosos que se acercaron a las ventanas para ver el gran resplandor de luz del meteorito sin saber que éste iba acompañado de una onda expansiva que lanzó los cristales contra ellos.
A principios de mes 100 científicos y astronautas firmaron una declaración en la que solicitan a los estados más inversión ante la amenaza que suponen los meteoritos. Las agencias espaciales parece que piensan igual y han redoblado sus esfuerzos. Eso sí, cada una por su lado.
Todas ellas han aumentado sus esfuerzos en el sistema de detección de los asteroides cuya órbita pueda acercarse a la de la Tierra. Pero esto no basta. Una vez avistados y comprobada su posible peligrosidad el reto es desviarlos o destruirlos, una posibilidad que, según los expertos, ya permite la tecnología actual aunque aún no haya sido probada.

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