martes, 30 de abril de 2013

La basura espacial amenaza con contaminar varias órbitas

Aunque ya no se lance ningún objeto al espacio, los fragmentos seguirán aumentando en número. En 1978, Donald Kessler, de la Oficina de Dese- chos Espaciales de NASA (ahora retirado) predijo que en tres décadas las colisiones aleatorias entre objetos creados por el hombre crearían desechos menores que se volverían peligrosos para las naves. Conocido como el Síndrome de Kessler, esta reacción en cadena creará crecientes nubes de desechos.

La semana pasada, durante la 6ª Conferencia europea sobre basura espacial, que se desarrolló durante cuatro días en Darmstadt (Alemania), expertos internacionales pidieron que se reduzca la cantidad de basura espacial que orbita en torno a la Tierra, ya que contaminará ciertas órbitas dentro de algunos años.

Residuos de componentes de cohetes, viejos satélites, herramientas dejadas atrás por astronautas... Es lo que queda tras casi cinco mil lanzamientos desde que comenzó la era espacial y que bajo el efecto de dislocaciones e impactos en cadena (el Síndrome de Kessler) no deja de multiplicarse.

Tres veces más

Desde 1978, la cantidad de basura espacial se ha triplicado, lo que aumenta el riesgo de colisiones, advierte el director del departamento de basura espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA), Heiner Klinkrad.

Actualmente hay más de 23.000 fragmentos de basura de más de 10 centímetros, la mayoría en órbitas bajas (bajo los 2.000 km) utilizadas por satélites de observación de la Tierra o por la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).

En cuanto a los objetos de entre uno y diez centímetros, hay cientos de miles en el espacio. Aunque de apariencia inofensiva, estos fragmentos, lanzados a una velocidad promedio de 25.000 km/h, pueden averiar un satélite

claves

Limpiar cuesta menos que una colisión

1 Cada año, la Estación Espacial Internacional debe realizar una maniobra para evitar una potencial colisión con algún residuo.



2 Cada semana una docena de objetos se acercan a menos de 2 kilómetros de un satélite cualquiera.

3 Las zonas más afectadas son las órbitas polares ubicadas entre 800 y 1.200 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre, áreas donde se concentran varios satélites de observación.

4 Si no se hace ninguna acción de limpieza, el riesgo de colisión puede ser multiplicado por 25, de acuerdo a proyecciones.

5 Se aconseja retirar cada años entre cinco y diez fragmentos grandes.

6 Las misiones de limpieza empezarán antes de los próximos diez años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario