martes, 18 de diciembre de 2012

La astronomía dicta que el único evento que ocurrirá en Bolivia es el solsticio de verano austral.

La supuesta venida del fin del mundo, sea mediante una furiosa tormenta solar, el choque de un meteorito con la tierra, un desastroso alineamiento cósmico o por la furia de los mares y el clima... ha puesto en vilo a media humanidad. Sin embargo, la mayoría de los científicos y expertos afirma que el 21 de diciembre no pasará nada fuera de lo común, ni en la Tierra ni en el universo.

Otro grupo apocalíptico opina lo contrario. En éste se inscribe el arqueólogo español Miguel Rivera, quien señala a Informe La Razón que el adiós a la cuarta etapa del mundo, calculado por el calendario maya, será abrupto, con catástrofes y muertes; así sucedió con los animales y los “hombres de barro y madera” que vivieron los tres ciclos previos a la creación de los “hombres de maíz”. “No obstante, no será la expiración del mundo, sino de un periodo, y el epílogo será traumático. Incluso mayas con los que trabajé en la Península de Yucatán están convencidos de que algo terrible sucederá este 2012”.

Rivera comenta que para esta cultura milenaria esta transición es natural, necesaria y conveniente, como la muerte de todo ser humano. “El Cuarto Mundo era algo así como la culminación del ciclo evolutivo de los hombres, y tal vez en el Quinto Mundo éstos se acercarán a un estado de divinidad o se convertirán en dioses”. Sin embargo, centenares de guías espirituales mayas han salido al paso de afirmaciones como éstas para aclarar que si existe un vaticinio no es de muerte, sino de la génesis de una esperanza, de una época de armonía entre la humanidad, la naturaleza y el cosmos.

El arqueólogo mexicano Daniel Juárez, curador del Museo Nacional de Antropología de México, contactado por Informe La Razón, sentencia que los mayas nunca lanzaron presagios y sus calendarios no guardan otro objetivo que dirigir sus rituales y sus actividades agrícolas. “Concebían al tiempo como cíclico, de constante renacimiento”. Postula que este pensamiento apocalíptico no proviene de esta cultura prehispánica, ni de otra, sino de la visión judeocristiana que habla de un Juicio Final. “Que el mundo va a acabar incluso tiene su origen en los años 70”, en el movimiento espiritual llamado New Age.

Todo esto ha desembocado en la proliferación del miedo en varios puntos del orbe. En mayo, una encuesta realizada por Ipsos Global Public Affairs de la ciudad estadounidense Nueva York, a 16.262 personas de más de 20 países, reveló que casi 15% de la población global cree que el final de los tiempos se producirá durante su vida y 10% piensa que el calendario maya puede ser la fuente de que ello ocurrirá este viernes 21. Las cifras señalan que chinos, turcos, rusos, mexicanos y surcoreanos son los más convencidos con lo último; mientras que en el otro extremo se hallan los belgas y británicos.

Aparte, los más preocupados pertenecen a las clases con menos educación y/o ingresos económicos, y los menores de 35 años. Esta ansiedad no tiene asidero, recalca Juárez, “los mayas no sabían ni que íbamos a existir como sociedad. Los modelos económicos quizás obligan a la gran población marginal a creer en algo, en un futuro mejor y en lo que todos anhelamos: tener salud y una vida con mejores condiciones. Estas visiones apocalípticas se han dado en momentos de crisis, de incertidumbre”, resalta este analista, que es uno de los más respetados conocedores de los mayas (leer entrevista en la página 9).

Las predicciones fatalistas apuntan al cielo, más aún, a la vía láctea al momento de alegar que desde estos sitios vendrán las malas nuevas para la Tierra. La astrónoma argentina Beatriz García remarca que la obligación de los científicos es salir al ruedo y poner algo de luz y razón ante tanta confusión. La integrante del Consejo Argentino de Investigaciones Científicas Tecnológicas expone a Informe La Razón que “no hay ninguna profecía de los mayas respecto de 2012, todo responde a un mito urbano que viene de personas no especialistas que han lucrado con esto desde hace cuatro décadas”.

Aparte, la investigadora desecha cualquier peligro apocalíptico sobre la Tierra, sea impulsado por el Sol, planetas, estrellas, asteroides o meteoritos... “Ningún fenómeno cósmico anunciado por la gente va a suceder. Por ejemplo, los eventos solares catastróficos no se pueden predecir; y sobre esto, el Sol ha estado activo todo este año y no hay nada que nos haga pensar que pueda comportarse de otra manera. No existirá ninguna alineación planetaria. Todas las historias son falsas y no tienen asidero científico, no debemos dejar que hablen las personas inescrupulosas en vez de los científicos”.

Desde la ciudad de La Paz, el físico y director del Planetario Max Schreier, Francesco Zaratti, igual le pone un epitafio a este tema. “Las afirmaciones acerca de los fenómenos catastróficos son tan absurdas y ridículas que no valdría la pena ni debatirlas”. Y explica que en Bolivia el único acontecimiento astronómico verificable que ocurrirá este viernes es el solsticio de verano en el hemisferio sur, como cada año; un evento que generalmente pasa desapercibido en el país ya que el cielo suele encontrarse nublado.

La NASA también ha entrado al campo de las aclaraciones para evitar la proliferación del pánico en el orbe, después que el correo electrónico de la agencia especial recibió, a comienzos de mes, miles de preguntas sobre un posible apocalipsis. Por ello, el astrobiólogo David Morrison negó que un planeta llamado Niburi se dirija hacia la Tierra y remarcó que se ha hecho una mala interpretación del calendario tallado por la cultura maya en la antigüedad, y que cualquier profecía atribuida a ésta es una “fantasía fabricada”.

Tampoco ocurrirán fenómenos climáticos o tsunamis que se ensañen con los seres humanos, han aclarado científicos del mundo. En suelo boliviano no hay advertencias de que algo se esté gestando en las entrañas terráqueas, como un terremoto, por ejemplo. Eso sí, el ingeniero Percy Aliaga, coordinador de los analistas del Observatorio San Calixto, informa que en agenda está la realización de un fuerte sismo que tenga repercusión en la ciudad de La Paz y sus alrededores, tal como sucedió en los años 1868 y 1867, que tuvieron como epicentro a Arica y Antofagasta.

Otros ratifican que este viernes se viene un cambio espiritual en la humanidad. El psicólogo y metafísico Diego Cabezas comenta que “varios maestros hablan de un despertar colectivo hacia estados superiores de conciencia. Muchos seres de luz hablan de un año de energía muy intensa, que el momento del renacimiento se está acercando; este periodo es importante y crucial. Los mayas dicen que estamos entrando a la nueva era de la bondad, de la comunicación con Dios, de la pureza, saliendo de la era oscura donde existe predominio de la pasión, guerra y egoísmo e individualismo”.

Recientes descubrimientos en los dominios mayas de antaño igualmente plantean que tras 5.125 años se viene una etapa de armonía; que para esta cultura no era tan importante el mentado calendario 13 Baktún, de “cuenta larga”, sino los períodos de 20 años; o que jeroglíficos con trazos grabados en piedra del siglo IX en el muro de una casa excavada en el sitio de Xultún, en Guatemala, avala que los antepasados mayas predijeron que el mundo continuará y que en 7.000 años las cosas serán exactamente como eran entonces.

Los supuestos fenómenos que ocurrirán el 21

La astrónoma argentina Beatriz García y el físico boliviano Francesco Zaratti rebaten los eventos anunciados:

Cambio de dirección del eje terráqueo

Se completaría el ciclo de 26 mil años que invierte el eje de la Tierra en dar una vuelta completa en torno a su posición central. Esto se conoce desde hace miles de años y se vincula a la rotación; no representa ningún peligro.

Alineación galáctica

La alineación entre el ecuador terrestre, el Sol y el ecuador galáctico no representará peligro alguno ya que dos “puntos” en el espacio, el Sol y el centro de la galaxia, siempre están alineados y nunca pasó algo.

Cruce del plano galáctico

Se postula que la Tierra atravesará el plano de la galaxia. Esta hipótesis está lejos de ocurrir porque hoy el planeta está a 27 años luz del plano y faltarían más de 27 millones de años.

Colisión con el planeta Nibiru

Se dice que el planeta Nibiru está listo para destruir la Tierra, lo cual no es cierto porque éste no existe.

Cambio de polos geográficos

Según la profecía, los polos cambiarán de posición y terremotos y tsunamis terminarán con la Tierra; lo cual es falso porque los polos sí se mueven, pero un grado cada millón de años.

Reversión geomagnética

Una tormenta masiva invertirá los polos magnéticos, alega el vaticinio. Los expertos explican que la reversión es lenta y que probablemente tarden unos 5.000 años en completarla.

Actividad solar catastrófica

Los picos de actividad solar son ciclos que ocurren cada 11 años. Como el Sol está entrando en uno de esos periodos ya se esperaba un máximo de temperaturas entre 2010 y 2012.

Tránsito de Venus

Es un acontecimiento astronómico que sucede dos veces cada siglo y que ocurrió en junio, cuando el planeta pasó en frente del disco solar.

‘La civilización maya nunca profetizó algo’

El arqueólogo mexicano Daniel Juárez es uno de los más renombrados expertos en la cultura maya. En contacto telefónico con Informe La Razón, el curador del Museo Nacional de Antropología de México aclara que esta milenaria civilización nunca tuvo en sus planes lanzar predicciones sobre el futuro y que sus calendarios tienen fines rituales y agrícolas. Remarca que todo lo que rodea al 21 de diciembre está dirigido por el lucro.

—¿Cómo concebían el mundo los mayas?

— Los mayas pertenecían a una cultura muy organizada y nunca profetizaron algo. Insertaban su existencia dentro de los eternos ciclos cósmicos.

Para ellos, el género humano se encuentra inserto en los ciclos de la naturaleza y a los hombres les sucede lo mismo que a las plantas: nacen y mueren; pero ellos creían que la naturaleza, como la comunidad, permanece siempre.

— ¿Qué representan los calendarios mayas en estos ciclos?

— Los mayas pensaban que el mundo estaba regido por los astros y que era muy importante mantener el ciclo agrícola a partir de regirse por las deidades solares. Concebían el tiempo como un tiempo cíclico de constante renacimiento. Su gobernante era asimilado como una semilla de maíz que tenía que morir ritualmente para poder renacer, ése era el pensamiento religioso. O sea, había un calendario agrícola y otro ritual. Con esta relación de calendarios desarrollaron la “cuenta larga” y la “cuenta corta”. Tenían la percepción de que el mundo se inició el 3114 antes de Cristo, obviamente para esa época el mundo maya todavía no estaba consolidado como tal. En nuestra interpretación cristiana, por ejemplo, no podemos situar el nacimiento de Cristo como el origen de la humanidad, sino como un punto que permite establecer el inicio del tiempo lineal que tiene un origen y un fin.

— ¿Qué significa entonces el 21 de diciembre de 2012?

— Ese día se termina un gran ciclo que es un Baktun 13, como que estamos cerrando un calendario de largo alcance de los mayas.

— ¿Qué ocurre con sus predicciones que se relacionan con esa fecha?

— Los mayas ni siquiera concibieron que nosotros íbamos a existir como sociedad. Para ejemplificar, quisiera recordar esos programas de ciencia ficción que veíamos en los años 60 o 70 del siglo pasado, en los que veíamos robots y computadoras, y era una forma de imaginar un mundo diferente que no fue ni siquiera pensado por los mayas. Las visiones apocalípticas de la Edad Media en Europa y América no tienen nada que ver con la civilización maya.

— Sin embargo, cada vez más gente piensa que se viene el fin del mundo.

— Estas visiones apocalípticas se han dado en momentos de crisis económicas, de incertidumbre, y quizás obligan a la gran población marginal a creer en algo, en un futuro mejor, lo que todos estamos anhelando de alguna manera: deseamos tener salud y una vida con mejores condiciones. Y la gente, cuando tiene esta serie de falencias, busca otras religiones para este tipo de ayuda. Por ello vemos la proliferación de sectas y sociedades religiosas.

— ¿Cuál es el fin de crear esa psicosis?

— Sin afán de ofender a las religiones del mundo, creo que todas acaban lucrando. Uno va al Vaticano y por una módica suma puede comprar indulgencias para no pasar tanto tiempo en el purgatorio y llegar al paraíso terrenal. Siempre se ha lucrado con la religión y con el mundo, y ahora pasa lo mismo con el anuncio de que se viene el fin de los tiempos.

— ¿Cómo esperan la fecha en México?

— Existen paquetes de viajes con destino a las ruinas de los mayas y a refugios subterráneos; se ofrecen por internet, para ver o protegerse del fin del mundo. Yo no sé cómo uno puede divertirse viendo el final de los tiempos. Hay una manía terrible de lucrar, manejada por el miedo y, sobre todo, por estas sectas nuevas que hablan de que vendrán ángeles y de que hay lugares que se van a salvar del apocalipsis. Creo que incluso hay una firma norteamericana que está vendiendo refugios antinucleares, provistos de salas y cuartos para vivir por varios meses.

—¿Qué ocurrió con el pueblo maya?

— Siguen vivos, con una serie de cambios y transformaciones porque se tuvieron que adaptar a nuevas condiciones, como un pueblo conquistado. Ellos ya no cuentan como se contaba con los calendarios.

1 comentario:

  1. Que interesante el post. Me gusta mucho tu blog ya que soy una apasionada de la Astronomia (ver)

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