viernes, 26 de agosto de 2011

Investigadores analizan polvo de un asteroide

Los investigadores han analizado por primera vez en la historia el polvo de la superficie de un asteroide que han podido comparar con el material recogido en la Luna y los meteoritos caídos en la Tierra, para continuar con el estudio de los orígenes del Sistema Solar.

La revista Science publica un especial con datos preliminares de seis estudios que están en marcha sobre el análisis del material recogido y traído de vuelta a la Tierra el pasado año por la sonda japonesa Hayabusa.

La nave no tripulada, cuyo nombre en japonés significa "halcón peregrino", fue lanzada en 2003 rumbo al asteroide Itokawa, descubierto por científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU) en 1998 y que recibió su nombre en honor a Hideo Itokawa, el pionero de la investigación espacial japonesa.

En 2005, aterrizó en la superficie de Itokawa catalogado como asteroide de tipo S por su composición silicosa, para tomar muestras.

Hayabusa regresó a la Tierra en 2010 y desde entonces equipos de investigadores de todo el mundo han estado analizando su contenido, cuyos primeros resultados comienzan a ver la luz, desde la relación con los meteoritos caídos en la tierra o los diferentes elementos a los que ha estado expuesto en el espacio.

El grupo del profesor Tomoki Nakamura de la Universidad de Tohoku en Senadi, usando una combinación de potentes microscopios y técnicas de difracción con rayos X, determinó que podría estar formado de pequeños fragmentos de un asteroide más grande.

Los investigadores descubrieron que las partículas recuperadas han estado expuestas durante un largo periodo de tiempo a unos 800 grados centígrados.

Pero para alcanzar esta temperatura un asteroide tendría que tener unos 20 kilómetros de diámetro y Itokawa es mucho menor, por eso "tuvo que estar formado como un cuerpo mayor y luego haber sido roto por un impacto que le haya dejado en su actual forma", explica Nakamura.

Los asteroides son considerados los "restos" que quedaron tras la formación del Sistema Solar, por eso los científicos subrayan que su estudio es fundamental para entender nuestros orígenes, ya que albergan el material más antiguo del que se pueden extraer datos.

Por su parte, el profesor Misuru Ebihara de la Universidad Metropolitana de Tokio, junto con investigadores de Australia y EEUU, abrieron los pequeños granos para analizar su composición mineral.

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