Cerca de las 19:00, cuando el satélite emergía de horizonte, se pudo observar un leve cambio de tonalidad en la cara que da hacia la tierra, cobrando matices rojizos y anaranjados, aunque de una intensidad suave, casi imperceptible.
El fenómeno, sin embargo no fue tan visible como en otros lugares del mundo, donde se reportaron mayores cambios de colores, provocados por la interposición de la Tierra ente el sol y la luna.
En Europa, algunos diarios digitales informaban que la “decepción” llegó muy pronto a sus habitantes, debido a la alta concentración de nubes. Otros, mostraron desde sus páginas de Internet, toda la secuencia del paso de la sombra de la tierra sobre la luna.
En Australia, informaban que el eclipse fue tan visible que la cara del satélite natural adquirió tonos naranjas y rojizos, y que la presencia de la nube volcánica en el espacio no impidió observar el fenómeno. El siguiente eclipse de estas características se repetirá en 2015.
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