miércoles, 6 de abril de 2011

Un niño prodigio de 12 años desafía la teoría del Big Bang

Un joven de 12 años trabaja en la Universidad de Indiana, Estados Unidos, en un proyecto de astrofísica avanzada con el que pretende desafiar la teoría del Big Bang. A los tres años, Jacob Barnett ya buscaba respuestas sobre la gravedad de las lunas de Marte cuando sus padres lo llevaron al Planetario.

Este joven estudiante ya asiste a clases de astrofísica avanzada en la universidad y supera el coeficiente intelectual de Einstein (170 frente a los 160 del científico más importante del siglo XX). Barnett, que a los tres años resolvía puzles de 5.000 piezas, ha sido señalado como una de las grandes esperanzas para el devenir de la ciencia, y más concretamente en la resolución de uno de sus mayores retos: la explicación del origen del universo.

El “fenómeno Barnett” no se queda sólo en las grandes expectativas que ha generado la prensa local sobre su futuro. Scott Tremaine, de la Universidad de Princeton, ha reconocido que “en la teoría en la que está trabajando Barnett intervienen varios de los problemas más difíciles de la astrofísica y la física teórica. Cualquier persona que los resuelva estará en el camino para ganar un Premio Nobel”.

El joven fue diagnosticado con el síndrome de Asperger, una forma leve de autismo con un trastorno mental y del comportamiento pero que suele conllevar en quien lo padece un estilo cognitivo particular y habilidades en áreas restringidas.

Mientras cualquier niño apenas articulaba sus primeras frases, Jake podía recitar el número pi hasta los 70 dígitos. Una semana más tarde, llegaba hasta los 200 dígitos que recitaba hacia adelante y hacia atrás.

Mientras ve la televisión o juega a la videoconsola como los otros chicos de su edad, Barnett trabaja en una teoría que desafía el “Big Bang”, un paradigma cosmológico que explica el origen y la evolución del mismo.

“Si podemos conseguir que todos sus ímpetus creativos tengan una dirección determinada, podría ser capaz de hacer cosas realmente sorprendentes en el camino”, dijo el profesor de física John Ross.

Sus padres aseguran que aprendió él solo álgebra 1 y 2, geometría, trigonometría y cálculo, en tan sólo dos semanas. A los ocho años cambió la escuela secundaria por la universidad.

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