En muchas representaciones artísticas, la Estrella de Belén parece un cometa, con una gran cola fulgurante saliendo de su cabeza. Pero según Scholz, hay muchas razones pa-
ra apartar esa hipótesis. Por un lado, los co-metas no se ven como estrellas, “y estas personas no eran estúpidas”, dice el astrónomo. El cometa Halley, el candidato más obvio, apareció en el cielo el año 12 a. C., varios años antes de la fecha de nacimiento plausible de Jesús. Además, los cometas eran vistos como heraldos de la perdición, y la llegada de este niño era un acontecimiento alegre.
Otra teoría postula que la Estrella de Belén era en realidad una nueva estrella en el cielo, una nova o una supernova. Originalmente fue idea del famoso astrónomo Johannes Kepler, “pero lamentablemente no tenemos registros independientes de una supernova brillante en este período. Eso no quiere decir que no su-cediera, por supuesto. Hoy observamos estos objetos rutinariamente, pero en ese momento las personas no habrían sabido cómo interpretarlos”, dice el investigador.
ENCUENTROS EXTRAÑOS
Para Scholz, las explicaciones más verosímiles para la Estrella de Belén involucran múltiples planetas situados cerca: una conjunción planetaria. De hecho, se produjeron varios encuentros extraños entre planetas prominentes en el período de tiempo correcto.
En el año 7 a. C., Júpiter y Saturno se en-contraron tres veces. Un año después, se unieron a Marte. Lo que siguió fue una fantástica secuencia de conjunciones entre los años 3 y 2 a. C.: Saturno con Mercurio, Sa-
turno con Venus, Venus con Júpiter y Venus con Mercurio. Después, de nuevo Júpiter con Venus, y esta vez se acercaron tanto que pu-dieron parece uno solo para el ojo humano.
Entonces Júpiter se detuvo en la constelación de Virgo, visto desde Jerusalén directamente sobre Belén. El investigador cree que se trata de un espectáculo de planetas con una gran importancia astrológica que ocurre en el momento adecuado, aunque esa última parte aún se debate. “Tal vez deberíamos eliminar las estrellas en forma de cometa de los árboles de Navidad y reemplazarlas por planetas triples”, propone.
UN GOBERNANTE HA NACIDO
No es la primera vez que los científicos apuestan por una conjunción planetaria co-
mo explicación a la Estrella de Belén. Grant Mathews, profesor de astrofísica y cosmología teórica en el Departamento de Física de la Universidad de Notre Dame’s College of Science, explicaba algo similar hace algunos años. Los Reyes Magos, probablemente sacerdotes del Zoroastrismo de la antigua Babilonia y Mesopota-mia, pudieron quedar fascinados por una alineación en la que el Sol, Júpiter, la Luna y Saturno estaban todos en Aries, mientras que Venus se encontraba al lado en Piscis, y Mercurio y Marte en el otro lado en Tauro. Esos astros hablaban de un gobernante con un destino especial nacido en Judea. Según calculaba Mathews, el fenómeno no se repetirá en 500.000 años.
El Papa emérito Benedicto XVI en su libro “La infancia de Jesús” ya apuntaba a un conjunción planetaria como el fenómeno astronómico que pudo haber llevado a los sabios hasta Belén. Pero quizás esta sea una de esas hermosas historias que siempre irán acompañadas de una parte de misterio.
J. DE J.
FUENTE: ABC
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