Los primeros astronautas que viajaron al espacio fueron quienes expresaron e hicieron valer las quejas. Las mismas tuvieron que ver con la calidad de las comidas, que les resultaban más insípidas que en tierra firme. Desde la NASA se preocuparon y comenzaron a diseñar platos que, además de ser nutritivos, fueran ricos y sabrosos.
Frutas, verduras asadas, arroz con pollo, fideos o carne son platos corrientes debajo de la línea imaginaria de la estratosfera, pero se sitúan en lo más alto del podio cuando los astronautas deben viajar al espacio. Por eso, la innovación culinaria los incluyó en el menú de la Estación Espacial Internacional.
“La estancia mínima en la estación es de seis meses y no podíamos permitir que los astronautas se aburrieran de la comida al tercer día”, explicó Grace Douglas, doctora y científica de la NASA. También era necesaria la variedad, así que el menú espacial incluye más de veinte platos diferentes, además de café instantáneo y bebidas energéticas. No se permiten aceites, ni manteca y azúcar. Para endulzar, edulcorantes sintéticos.
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