El efecto visual que hace que la Luna en el cielo parezca más grande y brillante que lo habitual se debe al momento de máximo acercamiento del satélite terrestre a la Tierra.
El subdirector del Planetario de Madrid, Telmo Fernández Castro, declaró al diario español ABC que este acontecimiento se produce porque la órbita de la luna no es completamente circular, sino elíptica y, por lo tanto, hay momentos en los que está más cerca o más lejos de nuestro planeta.
“Cuando está más cerca, la sensación visual desde la tierra es que la luna es un 15% más grande y posee un 30% más de brillo de lo habitual, en comparación con el momento en el que está lo más alejada posible”, precisa.
El especialista asegura que da lo mismo desde que parte del planeta se la observe, lo importante, obviamente, es que el cielo esté despejado.
La primera superluna del año fue visible el 12 de julio y la segunda el 10 de agosto. Para tener una situación parecida a la de agosto tendremos que esperar hasta el 28 de septiembre de 2015, cuando podremos gozar de una superluna comparable e incluso un poco más vistosa.
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