viernes, 6 de junio de 2014

Confirmado: Theia chocó contra la Tierra y formó la Luna

Hace unos 4.500 millones de años, la Tierra colisionó contra un objeto celeste, posiblemente otro planeta de menor tamaño, al que se le ha dado el nombre de Theia. A partir de los escombros que se produjeron durante ese choque brutal se formó la Luna. Esta hipótesis, conocida como la Teoría del Gran Impacto, es la más aceptada entre los científicos para explicar el origen de nuestro satélite. Sin embargo, hasta ahora no tenían pruebas para demostrarlo.

Los astrofísicos creen que cada planeta del Sistema Solar tiene una composición isotópica distinta. La mayoría de los modelos científicos estiman que la Luna está compuesta en un 70-90 por ciento por material procedente de Theia (que creen que tendría un tamaño parecido a Marte) y en un 10-30 por ciento por escombros terrestres.

Si nuestro satélite se formó a partir de material procedente de dos cuerpos planetarios, tendría que tener una composición diferenciada a la de la Tierra, pero hasta ahora los análisis realizados habían mostrado que era casi idéntica.

Así que el principal obstáculo para validar la hipótesis del Gran Impacto es que no habían encontrado huellas de los escombros del planeta Theia con el que supuestamente se produjo el choque.

Ahora, un equipo de científicos alemanes halló por primera vez diferencias en su composición, un resultado que, según explican esta semana en la revista Science, respalda esa teoría sobre la formación de nuestro satélite.

El equipo liderado por Daniel Herwartz realizó un análisis de los isótopos de oxígeno que contienen las rocas que recogieron de la superficie lunar los astronautas de las misiones Apolo entre 1969 y 1972. "Las diferencias son pequeñas y difíciles de detectar, pero existen", declaró Herwartz.

Según explican en este estudio, que será presentado la próxima semana en la Conferencia de Geoquímica Goldschmidt de California, primero analizaron muestras lunares que habían llegado a la Tierra en forma de meteoritos.

Sin embargo, estas muestras estaban contaminadas por el contacto con nuestro planeta, por lo que decidieron usar muestras recogidas directamente en la Luna. En concreto emplearon rocas traídas durante las misiones Apolo 11, 12 y 16.

Composición de Theia

"Ahora podemos estar razonablemente seguros de que ese gran impacto tuvo lugar", señala Herwartz. En segundo lugar, destaca que el análisis de isótopos de oxígeno realizado les ha dado por primera vez pistas sobre la posible composición geoquímica de Theia, que parece que es similar a lo que en la Tierra llamamos condritas de tipo E.

Los datos de su estudio sugieren que es posible el porcentaje de escombros que la Tierra y Theia aportaron a la Luna sea de un 50 por ciento cada uno, y no 70-30 por ciento. Por ello, su siguiente objetivo será averiguar cuánto material procedente de Theia hay en la Luna.

Según destaca Jesús Martínez-Frías, investigador del Grupo de Meteoritos y Geociencias Planetarias del CSIC, esta investigación "supone un avance importante no sólo en relación con la formación impactogénica de la Luna, sino también para confirmar la importancia de los impactos en la coevolución de la Tierra, la Luna y probablemente otros planetas interiores, como Marte".

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