lunes, 24 de junio de 2013

ESO revela secretos de los agujeros negros



El Observatorio Austral Europeo (ESO) anunció el descubrimiento de un agujero negro en el que parte del polvo circundante es repelido en forma de vientos fríos, lo que pone en jaque las teorías y revela cómo estas regiones evolucionan e interactúan con su entorno.

Con la ayuda del telescopio VLT de ESO, situado en el desierto de Atacama, en Chile, un equipo de científicos pudo observar que el polvo que rodea al gigantesco agujero negro del centro de una galaxia activa no se encuentra solo en esa zona circundante parecida a un rosco (llamada torus o toro) como era de esperar, sino que parte del mismo es repelido.

A lo largo de los últimos veinte años, los astrónomos de ESO han descubierto que casi todas las galaxias tienen un enorme agujero negro en su centro, algunos de los cuales crecen atrayendo materia de su entorno y crean, durante el proceso, el objeto más energético del universo: los núcleos de galaxias activos (AGN).

Las regiones interiores de estas brillantes zonas están rodeadas por un anillo en forma de rosco compuesto de polvo cósmico arrastrado del espacio circundante, algo similar a lo que ocurre cuando el agua forma un remolino alrededor del desagüe de un lavabo.

Tal y como explica el autor principal del artículo que presenta estos resultados, Sebastian Hönig, se trata de la primera vez que se han podido combinar datos detallados en el infrarrojo medio del polvo frío que rodea a un AGN, con observaciones de casi la misma precisión del polvo caliente.

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