miércoles, 20 de marzo de 2013

ALMA, el mayor observatorio del mundo

El complejo de radiotelescopios que integran ALMA (Atacama Large Millimeter Array), el mayor observatorio astronómico terrestre, ya funciona en el norte de Chile, desde donde escruta los recovecos más lejanos y desconocidos del Universo.

"Estamos en el mayor sitio de observación del planeta", declaró a Efe el director de ALMA, Thijs de Graauw. El centro está situado a 2.900 metros de altura y a unos 40 kilómetros de la turística localidad de San Pedro de Atacama.

Este complejo astronómico, que cuenta actualmente con 57 de sus 66 antenas ya instaladas, es fruto de una asociación entre Norteamérica, Asia del Este y Europa, que han invertido un total de 1.400 millones de dólares en su construcción.

Su puesta en marcha oficial se escenificó con un contacto en directo con el Llano de Chajnantor, a 5.000 metros de altitud, donde se encuentran las antenas, que se movieron al unísono para apuntar directamente hacia el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Este observatorio fue concebido en los años 80 a partir de tres proyectos separados de europeos, norteamericanos y asiáticos, que confluyeron en los años 90 y se concretaron a principios de esta década.

En 2003, se inició su construcción; en 2009, se instaló la primera antena de ALMA; y en octubre de 2011, se iniciaron sus primeras operaciones científicas formales con un tercio de su capacidad operativa.

Sus antenas no funcionan como los telescopios ópticos tradicionales, sino como radiotelescopios; es decir, están diseñadas para detectar las longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, aproximadamente mil veces más largas que la luz visible.

ALMA, con 66 antenas, muestra estallidos de formación estelar

ALMA ya ha producido importantes descubrimientos astronómicos. Observaciones llevadas a cabo en el complejo chileno muestran que los estallidos de formación estelar más potentes del cosmos tuvieron lugar mucho antes de lo que se pensaba.

Se cree que los estallidos de formación estelar más intensos tuvieron lugar en el universo temprano en galaxias masivas y brillantes.

Estas galaxias con estallidos de formación estelar convierten vastas reservas de gas y polvo cósmicos en nuevas estrellas a un ritmo frenético, muchos cientos de veces más rápido que en imponentes galaxias espirales como nuestra propia galaxia: la Vía Láctea.

Si miramos hacia el espacio lejano, los astrónomos pueden observar ese periodo activo de la juventud del Universo, situarse en diferentes configuraciones, en las que la distancia máxima entre las antenas puede variar de 150 metros a 16 kilómetros.

ESO publicó videos, cartillas y textos sobre el proyecto.

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