“Un acontecimiento de esas características, con una lluvia de trozos del cosmos, se registra una vez cada cien años o más”, dijo Paul Chodas, un experto de la NASA. El meteorito estalló a unos 20 kilómetros de altura sobre la Tierra, dijeron los especialistas de la agencia norteamericana. La mayor parte de los daños causados fueron consecuencia de la onda expansiva, que destrozó miles de ventanas, y no de los pedazos de meteorito que impactaron en la región rusa de Cheylabinsk, a unos 1.500 kilómetros al este de Moscú, precisaron, a su vez, las autoridades rusas.
Precisamente, esas autoridades cifraron en más de 30 millones de dólares los daños materiales causados por la caída del meteorito. Alrededor de cien mil propietarios de viviendas resultaron afectados.
“Los daños se cifran en más 30 millones de dólares”, informó el gobernador de la región, Mijail Yurevich.
Las autoridades cifraron ayer en 200 mil metros cuadrados de cristal de las ventanas de la región que saltaron por los aires debido a las explosiones.
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