sábado, 17 de marzo de 2012

Los ani­llos de Sa­tur­no

Hoy sabemos que Saturno no es el único en tener estos anillos, pero no deja de ser el más bello de los planetas gracias a este detalle que lo convierte en el único en su naturaleza. Se tuvo que esperar hasta el año 1656, cuando Christian Huygenns anuncio que Saturno estaba rodeado de un anillo o un sistema de anillos. Hoy sabemos que no son muy distintos a los que tienen Júpiter, Urano y Neptuno, grupo o familia perteneciente a los gigantes gaseosos de nuestro Sistema Solar.

El origen de los anillos es desconocido aunque se especula sobre la desintegración de uno de sus satélites disipando sus restos alrededor del planeta. Lo más probable es que sean los restos dejados por Saturno cuando se condensó de la nebulosa solar que dio origen a nuestro Sistema Solar.

Los anillos de Saturno están conformados por más de 100.000 anillos, todos girando en torno al planeta. La inclinación del eje de rotación del planeta de alrededor de 26º hace que desde la Tierra lo veamos cambiar de apariencia a lo largo de una revolución de Saturno alrededor del Sol presentándose en ocasiones completamente de perfil, en las cuales el sistema de anillos desaparece casi por completo, indicándonos que el mismo tiene un espesor de solo algunos kilómetros.

División de Cassini

En el año 1675 Giovanni Domenico Cassini fue el primero en observar una división entre los anillos que giran alrededor del planeta designándolo como A y B. Posteriormente en el año 1837, en el anillo A fue encontrado otra división menor, llamada Encke, en honor al astrónomo alemán Johann F. Encke, quien fue el descubridor. En 1850, desde Harvard, William Bond observó, en el anillo designado como C, algunos detalles como un crespón o anillo oscuro, confirmado después por W. Lassell desde Inglaterra. En el exterior del anillo A, en 1907, el Francés Georges Fournier, detectó una zona oscura y un anillo interior al anillo C, los que no pueden ser observados con mucho detalle desde la Tierra. El anillo F, que se encuentra en las afueras del anillo A, parecería tener unas zonas parecidas a trenzas.

De los anillos observados, el anillo B es el más brillante y llamativo, en especial en la parte externa. Pero, entre el anillo C y el Planeta, se observaron partículas de anillos a los que se designaron como D, aunque no es como para considerarlo como un anillo separado. Se sabe también del anillo G, que es bastante tenue y se encontraría entre las orbitas de los satélites Jano y Epimeteo. También hay un anillo E que se extendería más allá de la orbita de la luna Encelado.

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