Los investigadores, dirigidos por Sandra Pizzarello, determinaron la composición molecular de los componentes insolubles descubiertos en un meteorito de la Antártida que contenía carbono recopilando polvo del meteorito y tratando partes de él con agua a altas temperaturas y presiones para después analizar los componentes resultantes del proceso.
Los investigadores descubrieron que el polvo de meteorito tratado emitía en el agua circundante amoniaco, NH4, un importante precursor para las moléculas biológicas complejas como los aminoácidos y el ADN. Los autores analizaron los átomos de nitrógeno dentro del amoniaco y determinaron que el isótopo atómico no se correspondía con los descubiertos en la Tierra en el presente, lo que sugiere que el amoniaco no procedía de una contaminación terrestre.
Los descubrimientos sugieren que meteoritos como el analizado, que algunos creen que portan un registro intacto de la química del inicio del sistema solar, podrían haber traído la vida a la Tierra.
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